Pascua florida, belleza en color, vida que rebosa, amistades que pasean, abrazos que renuevan, risas en el aire, carreras de juegos, sonidos de alegría, cantos de fiesta. No un día, ni dos ni tres, cincuenta que son los días del amor. Pascua prolongada, nada cansina, siempre nueva y que renueva la vida cada día primero, cada mañana de domingo.
En esta Pascua, hoy sábado, ponemos la vida en la Mujer nueva, la bella doncella, la que sus ojos nos miran, su corazón palpita, sus manos acarician, su alma transparenta. María, la Mujer nueva, la llena de Gracia, la Madre Virgen, la belleza de la fe. Déjame , María, ponerme en ti como hijo y decir Ave María. Y repito, una y otra vez, Ave María. Con el canto del ángel, como un canto de siglos, siempre nuevo. Ave María, cada respiración, cada palpitación de mi corazón. En cada una, cada Ave María, es un suspiro de mi vida, una fuerza palpitante de mi corazón. Si no lo digo mi alma desfallece, mi corazón se queda huérfano. Ave María, ni una, ni dos ni tres, cincuenta veces repito como cada día de pascua, porque estando junto a Ti, Madre, cada instante es gozo de que me enseñas a estar con tu Hijo resucitado y saber que mi vida en El está viva. Una, dos , tres, cincuenta veces quiero decir Ave María, y cantar con mi corazón.
Para Ti, la Mujer resucitada, la Madre de la Pascua
Feliz día
Xabier Alonso
18-05-2019
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