domingo, 29 de octubre de 2023

LLAMADOS AL AMOR

 


Queridos amigos. Un domingo más la lectura del evangelio nos relata los distintos encuentros de Jesús con los sectores de la sociedad de su tiempo. Si el domingo pasado eran los fariseos con los herodianos quienes planteaban el dilema del tributo al César, hoy, una vez más, los maestros de la ley le plantean cuales el mandamiento más importante. Jesús hace un ejercicio de memoria legislativa rebuscando, como el Padre que busquen el baúl lo nuevo y lo antiguo, y situando una perspectiva hasta este momento sin revelar. Así como es claro recuperar la centralidad del amor a Dios como la seña de identidad de la legislación, este mandamiento se abre también a una toma de decisiones que nace de una relación filial y fraterna. Si el amor a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas es la respuesta lógica al Dios que libera, que salva, que da vida; ahora Jesús rescata un pequeño versículo en el que nos invita a amar al prójimo como uno mismo. La novedad de Jesús es la de unir este ámbito de relaciones que son respuesta a la alianza y a vínculo con Dios y con los demás. Si el pecado según el relato del génesis, rompe el mundo de relaciones y aísla a la persona creando una relación de enfrentamiento y alejando de la comunión, hoy Jesús nos recuerda que nuestro origen es el amor y en tal es donde debemos construirnos.

Hoy además celebramos la campaña “Nadie sin hogar”. Una sociedad que va dejando sin ámbitos de relación a personas descartadas es una sociedad que se ha endurecido en el ámbito de las relaciones y vive un pecado estructural que le impiden situarse frente a frente al otro y verle como un Hermano

Ayer celebramos la XXI edición de la peregrinación del rosario. Una cuarentena de peregrinos, bajo una lluvia torrencial y con la lluvia cargando hasta los huesos no fue obstáculo para vivir una jornada intensa de oración. La hemos vivido rezando por el sínodo que hoy se clausura en Roma. Pidamos al Sr. Por nuestra conversión para que, unidos en comunión, ayudándonos participa activamente, nos sintamos invitados a salir al anunciar la buena noticia del amor.

domingo, 22 de octubre de 2023

DEVOLVED A DIOS LO QUE ES DE DIOS


 Queridos Hermanos y Hermanas. A lo largo de este año hemos contemplado la vi de la palabra de Jesús a través del evangelio de Mateo. Estamos en la recta final. Queda un mes para que finalice el año litúrgico. Estos domingos pasados hemos contemplado a través de las parábolas la confrontación de Jesús con los sumos sacerdotes, los ancianos del pueblo, los escribas y fariseos. Estas parábolas están pronunciadas después de la entrada triunfal en Jerusalén y de la expulsión de los mercaderes del templo. Ese paso previo a esa condena a muerte que llevará al Hijo de Dios a entregar su vida por todos. Los domingos que restan hasta la solemnidad de Jesucristo rey del universo nos abrirán una perspectiva de la culminación del amor como ratificación del reino de Dios que él anuncia.

El ambiente está muy caldeado y los que aparentemente son enemigos entre sí, los fariseos y los herodianos, esto es, los contrarios a la sumisión al imperio romano y los que eso títeres del mismo, se ponen de acuerdo no únicamente para saber de qué lado está Jesús si no como denunciarlo y acusarlo o bien de traición o de colaboracionista.

Jesús trastoca sus intenciones y desvela su hipocresía. Deja bien claro que su mensaje es superior a las intencionalidades de los hombres.

La imagen del emperador Tiberio en la moneda del denario y su inscripción es una proclamación de la divinidad del emperador. Es él que está por encima de todos los demás e impone su voluntad. La respuesta de Jesús “devolver al César lo que es del César” es una prerrogativa para que el hombre se pregunte cual es la relación que se establece en el ámbito social. En una sociedad en la que imperaban las desigualdades nos sitúa ante una visión de que Dios, que es Padre providente y que cuida de todas sus criaturas, que no abandonar sus hijos y que tiene todo poder cambia el modelo para situar nos en una actitud de servicio. La auténtica imagen que revela el destino del hombre es el ser imagen de Dios. Todos somos hijos de Dios, no solo el emperador ni el que ostenta el poder, todos somos herederos en el Hijo y llamados a ser servidores en el amor.

En una sociedad como la nuestra en el que imperan los criterios económicos, los beneficios y los éxitos y el poder, en muchas ocasiones la persona se ha convertido en una moneda de cambio, el precio a pagar para poder seguir en la cúspide. Es Jesús quien viene a situar a la persona en el centro, no como un instrumento, sino como protagonista de la construcción del reino de Dios. Un reino en el que tiene unas relaciones fraternas que establecen que todos nos cuidemos mutuamente, fortalezcamos a los débiles en una actitud de servicio y disponibilidad, rescatemos a los que viven situaciones de sufrimiento, evitemos toda violencia citada división, seamos constructores de la paz y puestos al servicio del bien común se considera que a nadie le falte lo necesario para vivir dignamente.

Seguimos orando insistentemente por la paz. No perdamos la esperanza a pesar de que tantas veces vemos como la humanidad es contraria a los principios básicos que Dios ha puesto en su corazón.

En este domingo oremos también por las misiones, los misioneros y misioneras, que llevan el mensaje del evangelio y de la belleza de darle a la persona su dignidad de hijo de Dios.

 

domingo, 15 de octubre de 2023

LA MESA DE LA FRATERNIDAD

 


Queridos Hermanos y Hermanas. Ya estamos en el ecuador del mes de octubre, y en este domingo se celebra la fiesta de Santa Teresa de Jesús, por lo que felicitamos a todas las Teresas.

A lo largo de estos domingos San Mateo nos muestra a través de las distintas parábolas la necesidad de recordar que la comunidad cristiana es icono del deseo de Dios de unir a todos los hombres y mujeres bajo el signo del amor, la compasión, la caridad, y todo esto, reflejado en la llamada a trabajar en su viña, en la disponibilidad de aquellos que son invitados y en la celebración festiva sentándose en la mesa del banquete de bodas.

La parábola de hoy es una llamada a que todos son invitados a sentarse a la mesa del Señor. Aquellos que rechazaron la invitación son los que deberían haber respondido primero, el pueblo hebreo escogido por Dios, pero la negativa a aceptar al mesías se convierte en una apertura a que todas las personas, buenos y malos dice el evangelio, puedan entrar en el banquete de bodas.

La fe se convierte de este modo en una llamada universal. Una fe que proclama que todos somos Hermanos. A lo largo de esta semana hemos visto con dolor el estallido de un modo foco de violencia que hace temblar nuestro corazón. Una vez más y nos volvemos a preguntar hasta cuándo? Esta decepción interior en la que contrasta el deseo interno de toda persona de vivir la comunión en la unidad con los demás con la proliferación de actitudes violentas que no sólo se quedan en el ámbito o de las guerras si no que se traspasa a toda la población. No son pocos los que en sus conversaciones habituales manifiestan su preocupación por las palabras, los gestos, las actitudes con las que nos relacionamos y que manifiestan esa barrera que ponemos entre unos y otros y ese individualismo atroz. Proclamar una vez más la construcción de un mundo en paz y armonía no puede ser una ingenuidad infantil sino la recuperación de la verdad realmente humana.

Que la celebración de este domingo sea signo de que la comunión en la escucha de la palabra, la oración agradecida e confiada, el alimento del Eucaristía reafirma en nosotros una actitud de conversión para vivir como Hermanos.

Oremos por el sínodo de los obispos que se está celebrando en Roma. Unámonos a la oración por la paz y pidamos a María nuestra Madre que nos ayude a proclamar que Dios ha levanta al desvalido. Que el Señor acoja a las víctimas de la violencia las guerras y convierta los corazones.


domingo, 8 de octubre de 2023

ESTE MUNDO ES TUYO, SEÑOR

 


Queridos Hermanos y Hermanas. A lo largo de este mes de setiembre hemos vivido momentos importantes y únicos la devoción de nuestro pueblo para santísima virgen María. Las grandes romerías que convocan a miles de personas en el santuario da Franqueira, así como su belleza y singularidad. Los cientos de devotos que se reunieron en torno a la virgen do Libramento en a Lamosa pidiéndole a María ser servidores de la vida y presentando sus hijos a la Madre de Dios. La belleza de la devoción a la virgen del Rosario en la parroquia de Prado da Canda cierra este ciclo mariano en el rural de nuestra diócesis.

No hemos dejado de reflexionar y celebrar cada domingo la palabra de Dios. Lo hacemos movidos también por la actitud de escucha que nos invita María. Ella es la tierra buena que acepta la semilla es la que germina la esperanza mesiánica.

Este domingo, juntamente con los dos anteriores, se centra en un aspecto de la vida laboral del pueblo de Israel en época de Jesús. El trabajo de la viña, plantar, cuidar, proteger, alimentar, defender y esperar con paciencia que de buen fruto.

Hoy Jesús dirige una hermosa parábola que está iluminada por la profecía de Isaías de la primera lectura, que les dice a los sumos sacerdotes y a los dirigentes del pueblo. En ella explica con todo detalle como el dueño de la viña entrega a los viñadores el cuidado de la misma. Llegado el tiempo, sabedores de que el fruto no les pertenece y que recibirán el pago por el trabajo realizado, pretenden adueñarse de lo que no es suyo: la viña. El asesinato o del hijo del dueño de la viña eleva el dramatismo y expresa la violencia con la que podemos actuar cuando nos encerramos únicamente los beneficios egoístas, a sabiendas de que no es propiedad.

La palabra de hoy nos ilumina la realidad de este mundo. Dios no va a destruir nuestra casa, esta obra de la creación le pertenece a él. El arcoíris que marca la alianza de Dios después del diluvio sello una palabra dirigida a Noé: no volveré a destruir. Nosotros que hemos recibido el encargo de cuidar de esta obra maravillosa entregada a nuestras manos únicamente pensamos en los beneficios que puedan crear mayor riqueza y un progreso desmesurado. El papa Francisco en su última exhortación nos recuerda el riesgo de querernos nosotros dueños y señores de esta casa común. Las desigualdades que nacen de la violencia contra la armonía de toda la creación ponen al hombre en riesgo de desaparecer. Priman los beneficios y las estrategias políticas y económicas arrasando no sólo con aquello que es nuestro hogar sino también con sus habitantes.

El mundo rural es una imagen significativa también de esto. Cuando recorremos las aldeas vemos los campos abandonados. Decimos: esto no tiene dueño. Si lo tiene, y la tierra no deja de posibilitar el que se recoja fruto, pero está sin trabajar. Así también nuestro corazón y nuestra vida es tierra que dejándola cuidar, protegiéndola, alimentándola puede dar frutos de justicia, de amor y de paz.

Esta viña es del Señor, este mundo es su propiedad, esta obra es suya. 

Este domingo os invito a que recemos a María la reina de la paz para que cesen los conflictos armados y desaparezcan las guerras.