lunes, 20 de agosto de 2018

DECIR SI O NO AL FUTURO






Como nos agarramos a las cosas. Las riquezas no se miden por la cantidad, sino por lo agarrados que estamos a ellas. Cuantos se dejan atar a cuatro cosas que consideran fundamentales e inviolables de su propiedad. No está en al valor objetivo, sino también en el valor  que le ponemos cada uno, y no me refiero solo a lo afectivo de lo que hemos recibido como regalo de nuestra familia, sino de lo que tiene agarrado el corazón. "Dónde esté tu tesoro allí está tu corazón".
El texto de hoy, conocido como el joven rico, vemos una persona buena, que vive de acuerdo con los mandamientos, que tiene deseos de bien, que representa la búsqueda de plenitud. Puede haber ricos buenos, y los hay. Pero, ante la propuesta de Jesús no se atreve a dar el paso. Vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres y sígueme. Sus cálculos debieron ser a la velocidad de la luz. Lo que tengo, pensaría, cuanto cuesta. No. No puedo desprenderme de todo esto que he ganado honradamente. Darlo a los pobres. Que trabajen como yo... Y ante la imposibilidad de decir sí, se vuelve muy triste. O sea que la insatisfacción fue doble, por no ser capaz de dar el paso y el vacío de su vida llena de cosas pero sin garantía de plenitud.
Solo desde el amor se puede dar todo, entregarlo todo, seguir sin reservas.

María, tú lo diste todo, te diste por entero, te nos das totalmente, a nosotros mendigos de misericordia


Del evangelio según S. Mateo
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»
Él le preguntó: «¿Cuáles?»
Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.»
El muchacho le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?»
Jesús le contestó: «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente conmigo.» 
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.

Feliz día de S. Bernardo
Xabier Alonso
20-08-2018




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