martes, 7 de agosto de 2018

ANDAR SOBRE LAS AGUAS




Tú no puedes, no vales, no tienes, escuchamos y sin darnos cuenta lo hemos asimilado... solo los grandes y los de arriba sabes, pueden y lo logran. 
Yo no se, yo no entiendo, yo cargo con una losa imposible, yo soy así y no  puedo cambiar las cosas... y nos lo creemos y no nos atrevemos a vernos a nosotros con el amor del que es amado.
Ya no tengo ilusión, ya lo he hecho todo, ya no hay nada que hacer, todo me sale mal, todo son problemas, me ponen palos en las ruedas... y me resisto a pensar que pueda ser distinto.

Jesús hizo un trabajo de titanes con aquellos discípulos.Pedro, que se pasó media vida surcando el mar de Galilea, junto con los otros compañeros, se encuentran atrapados en medio de la tempestad. Abajo las seguridades. Pero es Jesús, y sin amainara el viento, Pedro se atreve, porque confía en el Señor. Pero se hunde, y ahí está él.
Cuantas veces decimos, vamos a dejar, a esperar a que se calmen las aguas, entonces nos decidiremos. Me recuerda lo que dice el Papa Francisco  «Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades». Buscamos seguridades, mar en calma chicha y sin dificultades de navegación, y ante el mínimo riesgo, a puerto. Pero no olvidemos que el Señor manda remar "mar adentro".

Hoy el Señor te dice no tengas miedo, ponte sobre las aguas, lo que crees que te puede engullir, el está ahí para agarrarte de la mano. No tengas miedo, con El, tú puedes, tú vales, tú eres amado.

Virxe María, danos a fortaleza da fe


Evanxeo: Mt 14, 22-36
De seguida mandou ós seus discípulos que embarcasen e que fosen diante para a outra banda, mentres  el despedía a xente. Despois de despedila, subiu ó monte para orar el só, e alí colleuno a anoitecida.
E, xa a moitos metros no medio do mar, as ondas batían na barca, pois levaban o vento en contra. O riscar o día, Xesús foi cara a eles, camiñando polo mar. E, os discípulos, véndoo camiñar polo mar, asustáronse dicindo: "é unha pantasma", e, cheos de medo, empezaron a berrar. De seguida faloulles Xesús dicindo:
-Tranquilos, non teñades medo, que son eu.
Respondeulle Pedro:
-Señor, se es ti, mándame que vaia onda ti, camiñando pola auga.
El díxolle:
-Ven.
Baixou Pedro da barca, e púxose a camiñar pola auga, dirixíndose a Xesús. Pero, ó sentir o vento forte, colleu medo, empezou a afundirse e púxose a berrar:
-¡Señor, sálvame!
Axiña Xesús, dándolle a man, agarrouno e díxolle:
-Home de pouca fe, ¿por que dubidas?
E ó subiren eles á barca, quedouse o vento. Os que estaban na barca prostráronse ante el dicindo:
-Realmente ti es Fillo de Deus.
Rematada a travesía, chegaron á terra de Xenesaret. O recoñecelo, os homes do lugar mandaron aviso a toda a comarca. Leváronlle todos os enfermos, rogándolle que lles deixase tocar tan sequera a orla do seu manto. E cantos o tocaron, curaron.

Feliz día a todos
Xabier Alonso
7-8-2018

No hay comentarios:

Publicar un comentario