viernes, 17 de abril de 2015

NO TENGÁIS MIEDO



Cristo ha resucitado. Aleluya

El evangelio del viernes nos dejó en que, mientras la gente buscaba a Jesús para hacerlo rey, El se retiraba al monte, solo, a orar. Escapa de los éxitos mundanos para discernir en la oración la voluntad del Padre. Creo que lo contrario de nosotros. Cuanto nos gustan las alabanzas, los reconocimientos, los éxitos, la fama, los aplausos. Y todo esto se calla y se convierte en juicios y desprecio cuando uno quiere realmente ser fiel a unos principios. Los más humildes son los que finalmente son ensalzados.
Los discípulos van ya de noche cruzando el lago. La noche, esa terrible sensación de querer encontrar la ruta adecuada para llegar a puerto. Recordemos que el lago no contaba con la iluminación que hoy disfrutamos en cualquier lugar, por ejemplo la Ría de Vigo, que es prácticamente imposible perderse. Y allí, aquellos garridos pescadores, se dan de bruces con una dificultad que les atemoriza. El viento y las olas dificultan la travesía, la noche es cerrada, y las fuerzas flaquean. Esta sensación la tenemos tantas veces cada uno. Pero también la nave de la Iglesia, la comunidad de fe, ve perder el rumbo cuando pierde de referencia al Señor.
Y ahí está El. Caminando sobre las aguas, Jesús, va por encima de lo puede hundir al hombre. Es la divinidad del Hijo de Dios que no lo hace por lograr el éxito de y la admiración, sino, para darles el mensaje tranquilizador de su presencia. "Soy yo, no temáis".
Ahora, en esta Pascua, contempla al Señor que viene en medio de nuestras noches y tormentas con esta palabra.
(Juan 6,16-21)

Nosa Señora da Franqueira, protéxenos na travesía da vida e que nunca deixemos de contemplar ó Señor.

Feliz sábado
Javier Alonso
A Franqueira
18-04-15

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