viernes, 24 de abril de 2015

EL QUE ME COME HABITA EN MI


Cristo ha resucitado. Aleluya

Hoy terminamos el capítulo 6 de San Juan. Todo el diálogo posterior a la multiplicación se realiza en la sinagoga de Cafarnaúm, enseñando. Jesús, sin pertenecer a ninguna escuela de maestros, ni a una tradición de Rabinos, es el Maestro por excelencia. ¿Recordáis el texto del niño perdido y hallado en el Templo?. En él Jesús, un adolescente, está en medio de los maestros enseñando, y todos le hacen preguntas. Él, en medio de los doctores, les enseña la nueva ley, El es la Palabra, el cumplimiento y presencia de las promesas hechas a los padres. 
Hoy Jesús, finalizando este debate sobre el significado del nuevo maná, El mismo, finaliza invitando a todos a "comer". "El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él... el que me come vivirá por mí". 
Ahora que está tan de moda los programas de cocina y las dietas especiales, porque en donde abunda la comida, aunque algunos lo pasen mal, nos preocupa más la estética, el sabor, la textura, los colores, olores, placeres, que lo demás. Y eso se paga a precio de oro. Pues bien, hay diversas dietas según las costumbres, los modelos, los estilos, las zonas, etc. Ahora nos toca pensar si a Cristo lo adornamos también con salsas más o menos elegantes, o picantes, o sazonamos para disimular de que nos alimentamos.Porque comer a Cristo es asumir en nuestro cuerpo, nuestro ser, todo nuestro existir, lo que El es en nosotros y nosotros en El. Porque no nos dijo que llenásemos la mesa de la Eucaristía de grandes manjares y suculentos vinos, sino, que tomemos un poco de pan, sin levadura y sin sal, harina y agua, el pan del peregrino con las sandalias en los pies y el bastón en la mano. Un poco de vino para saciar la sed del caminante.  Nada, sin adornos, sin aditivos, sin conservantes ni colorantes, y es que a Dios no le interesa dar de comer solo a uno, sino que quiere alimentar a todos, que llegue a todos.

Comer, beber, hacer nuestro y nosotros en El. Sin separaciones, sin diferencias, uno. Por eso, cuando nos acercamos a recibir al Señor entramos en comunión, nos unimos, El en nosotros y nosotros en El.
(Juan 6,52-59)

Nosa Señora da Franqueira, axúdanos a prepararnos para o banquete do Señor.

Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
24-04-15

No hay comentarios:

Publicar un comentario