PERDÓN
Xesús plantexa un novo xeito de ver a Lei recibida. Dise non matarás, pero eu dígovos quen pelexe cun irmán será procesado. Como comentaba aquel amigo, "os mandamentos non din nada de non poder esfolar e sacarlle o pilico aos veciños". O malo das leis é a de estar sempre a crear novos supostos e dar respostas a novas estratexias que se propoñen saltar a lei. Considero que debemos partir dun elemento fundamental: a lei garante o coidado do débil e a saúde da conciencia. Cando se pretende por a lei por encima da persoa sae perdendo o máis feble, en cambio se partimos do feito da igualdade e fraternidade universais, non está un sobre outro, senón que o que ten maior formación, mellores posibilidades, é quen pode garantir o progreso xusto do que ten menos garantías de futuro. Xesús da as pautas para que evitemos en todo momento saltarnos a lei fundamental que debe mover as nosas vidas: o Amor. A Caridade non é unha quimera inalcanzable, senón o motor do pensamento, afectos, e accións. Caridad na Verdade en palabras de Benedicto XVI
El amor —«caritas»— es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz. Es una fuerza que tiene su origen en Dios, Amor eterno y Verdad absoluta. Cada uno encuentra su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él, para realizarlo plenamente: en efecto, encuentra en dicho proyecto su verdad y, aceptando esta verdad, se hace libre
Neste venres de coresma absteñámonos de palabras, miradas, sentimentos, accións que dañen ao noso próximo. Deamos un paso adiante para a reconciliación, o perdón, a comuñón.
Deixovos estas verbas de Francisco en Fratelli tutti
Los que perdonan de verdad no olvidan, pero renuncian a ser poseídos por esa misma fuerza destructiva que los ha perjudicado. Rompen el círculo vicioso, frenan el avance de las fuerzas de la destrucción. Deciden no seguir inoculando en la sociedad la energía de la venganza que tarde o temprano termina recayendo una vez más sobre ellos mismos. Porque la venganza nunca sacia verdaderamente la insatisfacción de las víctimas. Hay crímenes tan horrendos y crueles, que hacer sufrir a quien los cometió no sirve para sentir que se ha reparado el daño; ni siquiera bastaría matar al criminal, ni se podrían encontrar torturas que se equiparen a lo que pudo haber sufrido la víctima. La venganza no resuelve nada (251)
No hay comentarios:
Publicar un comentario