miércoles, 12 de marzo de 2025

PEDID, BUSCAD, LLAMAD

PEDID, BUSCAD, LLAMAD

 Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá... y acogemos la palabra de Jesús como refranero impersonal. Ya otro pedirá, yo no necesito, ya otro llamará, ya otro buscará... pues tengo todo, me atienden todos y lo encontré todo. Y la opulencia, el poder y las influencias son garantía de futuro, estabilidad emocional y puertas abiertas. El que piensa así no es uno, sino muchos, pues mirando de tejas abajo parece que el orgullo en el que se construye esta sociedad no deja rendija por la que entre un resquicio de que somos vulnerables. ¡Qué rápido pasaron 5 años desde que nos encerramos por miedo! Hemos ido ocultando nuestras fragilidades bajo el maquillaje de una sonrisa forzada, porque toca ser felices, aunque el vacío invada los rincones de nuestra alma. Disimulamos nuestros silencios con petardos de fiesta, y cuando estamos solos sentimos que nuestra espalda se enfría. Escapamos de los informativos con su tormenta de desesperantes cargas de profundidad en la que los magnates y gobernantes se disputan cotas de poder y los sustituimos por canales de ocio. Llenamos los días libres de ofertas de ocio y lo adornamos como experiencias únicas aunque no deja de ser un modo más de consumo, no sea que la guadaña asome otras vez en el horizonte.

Y no pedimos porque somos autosuficientes y no sea que alguien también me necesite. No llamamos porque no nos gusta abrirnos al encuentro, no sea que alguien quiera amarme. No buscamos no sea que me esté equivocando y tenga que corregir mi camino. Como veis lo llevo al extremo, pero son síntomas que pueden surgir.

Jesús, el Hijo de Dios, nos centra en la imagen del Padre, que da pan a sus hijos y no piedras, que da pescado y no una serpiente. Y nos interpela sobre el nosotros, que inciden en la necesidad de redescubrir la grandeza de la gratuidad, del amor oblativo, de la generosidad, del cuidado, de la donación de si. Y es el Padre el que hace posible que si descubres tu miedo él te ofrezca confianza, si vives en tristeza, te done la alegría y el gozo sin fin, si ves tu vacío te entregue su vida. Que si llamas a su puerta te abra su corazón, si buscas la verdad te entregue su palabra, que si esperas justicia sea tu defensa. 

Y Jesús es quien pide amor, y nos lo regala a raudales, quien llama a cada uno y nos ofrece un camino, quien busca amigos y crea fraternidad. Y el Espíritu nos empuja a vivir esta conversión de la gratuidad.

Feliz día

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