viernes, 14 de marzo de 2025

MUJER DE HERIDAS PARA LA GLORIA


MUJER DE HERIDAS PARA LA GLORIA 

Hoy quiero dedicar a María esta oración de Olaizola. Hoy, sábado, día de una madre que no se siente derrotada, ni temblorosa, sino confiada y generosa, entregada y siempre marcada por la confiada esperanza de que el Hijo transformará, pues es Dios hecho niño, joven, hombre y humano por los cuatro costados, la estrechez del corazón de los hombres es las verdes praderas en las que guiará a cada oveja perdida al hogar. María, Madre, Madre nuestra, madre de las espadas que atraviesan y dejan huella, heridas que también serán resucitadas. Marcas en el corazón que tendrán, junto a las señales de dolor de tantas mujeres, la señal de la cierta ternura de las entrañas de un Dios que se vuelca a nuestra miseria. Madre, Madre, señales de pasión invisibles pero que se sientes y duelen y llegan a ser señales en el camino de los hijos que quieren llegar a la gloria.

Espadas
La incertidumbre
del «Hágase» sin reservas.
No los «hágase» a medio gas,
los que vienen con peros
los que traen condiciones.
La intemperie de un pesebre,
pobre cuna de paja para un niño.
La inocencia perseguida
por el odio de quien,
en su hambre de poder,
elige el dolor ajeno.
La añoranza del hogar
en tierra extraña
Las palabras difíciles
en el hijo reencontrado.
La murmuración de quienes,
en el muchacho,
hecho hombre,
solo quieren ver un fraude.
La condena al inocente.
El dolor de un amor crucificado.
El cuerpo inerte,
al que te aferras
en último abrazo.
La losa que ciega una tumba
habitada por la muerte.
¿Siete espadas?
Muchas más,
que no han de tener,
en tu vida,la victoria.

(José María R. Olaizola, sj)

1 comentario:

  1. Gracias Madre por tu si incondicional pero guardando las cosas en tu corazón porque hay esperanza

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