sábado, 8 de marzo de 2025

MIRADA DE MADRE, MIRADA DE ESPERANZA

 

MIRADA DE MADRE, MIRADA DE ESPERANZA

Ella "estaba", estaba allí. María simplemente estaba allí. Ahí  está de nuevo la joven mujer de Nazaret, ya con los cabellos grises por el pasar de los años, todavía con un Dios que debe ser solo abrazado, y con una vida que ha llegado al umbral de la oscuridad más intensa. María estaba en la oscuridad más intensa, pero estaba. Ni siquiera ella sabe el destino de resurrección que su Hijo estaba abriendo para todos los hombres: está allí por fidelidad al plan de Dios del cual se ha proclamado sierva en el primer día de su vocación.

La volvemos a encontrar en el primer día de la Iglesia, Ella, Madre de esperanza, en medio de la comunidad de discípulos tan frágiles. Ella estaba allí, en la primera Iglesia, envuelta por la luz de la resurrección, pero también por los temblores de los primeros pasos que debía dar en el mundo.

Por eso todos la amamos como Madre. No somos huérfanos: tenemos una Madre en el cielo. No enseña la virtud de la espera, incluso cuando todo parece sin sentido: Ella siempre confía en el misterio de Dios, también cuando Él parece eclipsarse por culpa del mal del mundo. Que en los momentos de dificultad, María, la Madre que Jesús nos ha regalado a todos nosotros, pueda sostener siempre nuestros pasos, pueda decir siempre a nuestro corazón: "Levántate! Mira adelante, mira el horizonte, porque ella es Madre de esperanza

Papa Francisco, del libro Ave María. Librería Editrice Vaticana

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