sábado, 17 de enero de 2015

¿QUE BUSCAIS? MAESTRO, ¿DONDE VIVES?. VENID Y LO VERÉIS


La Palabra del Evangelio estos os días nos sitúan en la llamada de los primeros discípulos. Jesús no es un hombre solitario, sino que, desde el principio, hizo partícipes a un grupo de personas de la Misión a la que había sedo enviado. El texto de hoy nos describe la llamada de Elí el publicano. Con un simple sígueme, lo deja todo, y lo sigue. Parece muy simple, pero, es que, el encuentro con Jesús provoca una transformación radical en la persona. El que era un recaudador para el imperio romano, posiblemente un aprovechado de su situación, un traidor de su pueblo, es el anfitrión para sentar a su mesa al Maestro que recorre pueblos y aldeas anunciado la Buena Nueva. Este también es hijo de Abrahán, dice Jesús. Y es que, ante las críticas de los seguros de si mismos, está lo apasionante de aventurarse a seguir al que no es aceptado por muchos y que rompe poniendo una nueva frontera: el amor. Esto es lo que vió Leví en los ojos de Jesús. 
Mañana domingo será el evangelio de Juan el que nos describa la llamada de los discípulos a través de Juan Bautista. Dos frases ¿A quien buscáis?, Rabí, contestan, Venid y lo veréis, les dice Jesús. Fueron, vieron y se quedaron. Eran la cuatro de la tarde.
¿A quien le preguntan los jóvenes a quién buscan?. 
A veces cuando me preguntan por qué no hay vocaciones sacerdotales, parece que solo es en ese campo donde se ve la ausencia. Y yo la veo en la ausencia de vocación en un proyecto de vida, en una vocación cristiana más o menos clara, la veo en el desánimo y la apatía que convierte los corazones jóvenes en un desierto desolado. Veo ausencia de acoger la llamada a una vida sana, más allá del culto al cuerpo, entendiendo por sana en cuanto a vivir sanamente, con la alegría que brota del interior, y no del vacile continuo en que machaca al compañero más débil, o en el último trompazo que puedes bajar de internet. Veo esta ausencia vocacional cuando se da por supuesto todo, cuando la educación en valores y la educación sexual es un fracaso en muchos aspectos y pensamos que porque casarse es lo normal, todos tienen que vivir en pareja, o casarse o ver lo que vas a hacer con tu vida. A veces, cuando hablamos de radicalismo evangélico, se lo decimos a los que, habitualmente, viven en lo transitorio. ¿Ves en tus hijos o nietos vocación a lo auténtico, a lo permanente,a lo bueno?, ¿ves vocación a un amor eterno en el matrimonio, a la generosidad de la fecundidad, a la disposición al sacrificio, a la entrega?. ¿Ves jóvenes dispuestos a vivir en Cristo, esto es, a estar enamorados de Cristo para ser buenas familias, o consagrados, o sacerdotes?. 
Y nosotros vamos que a veces damos pena, tristones, con un talante un poco deprimente. Oye, que es Cristo el que nos dice, ven y verás. Sí, ven, da el paso, y déjate sorprender pues es él nos ha dicho primero ¿qué buscáis?
Te invito a que este fin de semana recemos por muchas coas: por la unidad de los cristianos, que estamos en el octavario, por los emigrantes y exiliados que es su jornada; por el viaje del papa por Asia; y también por los enfermos.
Vive la vocación a tope.
Javier Alonso
A Franqueira

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