martes, 20 de enero de 2015

EL SEÑOR DEL TIEMPO




Yo voy poco a la ciudad, me horroriza ir por algunas calles llenas de gentes, no por nada, sino, simplemente porque me pongo a pensar en las personas con las que me cruzo, como serán sus vidas, por qué van tan rápido, qué les preocupa, por que se ven a algunos tan tristes. Si esto me resulta difícil lo es más entrar en un centro comercial o unos grandes almacenes, me desoriento y me duele la cabeza. Pero en esos lugares, sobre todo si son fechas muy señaladas, veamos por ejemplo la Navidad pasada, lo que se me ocurre es pensar en las horas que tienen que estar ahí los empleados, los horarios y días sin descanso y sin días para estar con su familia. Y lo que pienso es como se organizan para llevar adelante su vida, si un hijo se pone malito, o si hay un enfermo, o si tienen que arreglar algunos papeles. Me sorprende que ahora el Señor del sábado, no es una ley de descanso absoluto, como echan en cara los fariseos a Jesús, en base a un mandato divino del descanso que viene del Señor. Ahora el Señor del sábado, del domingo, del lunes, y del resto de los días es un dios que se llama economía, mercado, competencia, ganancias, dinero, y todo lo demás. Ahora ya no es ni Dios, ni el hombre, señor de nada, es Dios el ignorado, pues muchos ni recuerdan el precepto dominical, ni el hombre , pues los más no recuerdan los derechos de los demás. Porque si este "progreso" no ayuda a que racionalicemos la vida de forma más ordenada y sana no es progreso. Porque, no hace tantos años, el respeto del descanso dominical no impedía a las familias hacer sus compras, o organizar sus fiestas, pero ahora, ir de compras o ir de tiendas es parte del ocio de la cultura moderna, y yo, esta modernidad que somete al hombre no la quiero.
"El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado... el Hijo del hombre es señor del sábado". Esta sentencia final de Jesús recuerda que El es el dueño del tiempo, del tiempo que es tiempo de salvación. El es el que convierte el cronos en kairós. No por más que nos esforcemos aumentaremos un minuto más a nuestra vida. 
Que bueno es tener el día del Señor, el domingo, pues es el día de la oración y el encuentro, la Eucaristía y la parroquia, la comunidad y la familia, es día de caridad, de voluntariado, de entrega  a los que nos necesitan, es día de creación gozándose en lo creado y colaborando en la obra creadora. Es el día del Señor y el día del hombre, del hombre nuevo de la nueva creación.
Feliz día a todos

Javier Alonso
A Franqueira

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