Un hombre le pregunta a Jesús cuantos se van a salvar, una cuestión exclusivista, porque si unos se salvan otros se condenan. Y Jesús le habla de una puerta, de que hay detrás y quien puede elegir quedarse fuera, aunque fuesen de los que comieron y bebieron con el Señor.
La propuesta de Jesús es abierta, inclusiva, universal y esperanzadora. Porque la puerta es estrecha y quien la elije sabe que es exigente. Una puerta que abre paso a un banquete en que todos los pueblos son congregados. Todos son atraídos. Todos son bienvenidos. Un banquete sin excluidos, todos hermanos.
Al cerrarse la puerta algunos pretenden entrar. Los desconocidos, los que se autoexcluyeron porque eligieron la injusticia.
Feliz domingo
Xabier Alonso
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