martes, 15 de mayo de 2018

NOVENA Á VIRXE DA FRANQUEIRA. DÍA 4º. TEMPLO



Hoxe, nos textos cos que lembramos a percorrido da vida de María imos con ela e oseu esposo ao templo. Cumpren coa obriga de presnetar ao fillo primoxénito. Coa ofrenda sinxela dos pobres chegan ao centro da relixiosidade xudea. Por certo que non esquezamos neste día elevar a nosa oración pola paz en Terra Santa. Dun fogar sinxelo, un artesán e traballador, atópanse coa grandeza do templo que asombraba a propios e extranos. É como se calqueira de nós entramos nos pazos espallados por Europa, ou cando entras nunha das grandes catedrais, que non paramos de ollar a  todas partes para admirar a beleza dos espazos que fan admirar ao saber e facer dos homes.
Alí, no medio daquel escenario, están esta xove familia co seu meniño e a ofrenda dos pobres.
E a beleza do marco non é comparable coa luz de que entra. So desde a fe e movidos polo Espírito, Simeón e Ana, velliños en anos e sabios na experiencia, poden descubrir que o neno que presentan é o que rescata a beleza e fermosura do templo feito por man de Deus, o home á imaxe e semellanza do seu facedor. 
A luz disto quero compartir esta lectura de San Xoan Crisóstomo, un pos primeiros Pai da Igrexa, alá polo século IV e que nos indica como coidar o templo santo de Deus. Le e medita con calma, é un pouco longo pero vale a pena.

¿Deseas honrar el cuerpo de Cristo? No lo desprecies, pues, cuando lo contemples desnudo en los pobres, ni lo honres aquí, en el templo, con lienzos de seda, si al salir lo abandonas en su frío y desnudez. Porque el mismo que dijo: Esto es mi cuerpo, y con su palabra llevó a realidad lo que decía, afirmó también: Tuve hambre, y no me disteis de comer, y más adelante: Siempre que dejasteis de hacerlo a uno de estos pequeñuelos, a mí en persona lo dejasteis de hacer. El templo no necesita vestidos y lienzos, sino pureza de alma; los pobres, en cambio, necesitan que con sumo cuidado nos preocupemos de ellos.

Reflexionemos, pues, y honremos a Cristo con aquel mismo honor con que él desea ser honrado; pues, cuando se quiere honrar a alguien, debemos pensar en el honor que a él le agrada, no en el que a nosotros nos place. También Pedro pretendió honrar al Señor cuando no quería dejarse lavar los pies, pero lo que él quería impedir no era el honor que el Señor deseaba, sino todo lo contrario. Así tú debes tributar al Señor el honor que él mismo te indicó, distribuyendo tus riquezas a los pobres. Pues Dios no tiene ciertamente necesidad de vasos de oro, pero SI, en cambio. desea almas semejantes al oro.

No digo esto con objeto de prohibir la entrega de dones preciosos para los templos, pero sí que quiero afirmar que, junto con estos dones y aun por encima de ellos, debe pensarse en la caridad para con los pobres. Porque, si Dios acepta los dones para su templo, le agradan, con todo, mucho más las ofrendas que se dan a los pobres. En efecto, de la ofrenda hecha al templo sólo saca provecho quien la hizo; en cambio, de la limosna saca provecho tanto quien la hace como quien la recibe. El don dado para el templo puede ser motivo de vanagloria, la limosna, en cambio, sólo es signo de amor y de caridad.

¿De qué serviría adornar la mesa de Cristo con vasos de oro, si el mismo Cristo muere de hambre? Da primero de comer al hambriento, y luego, con lo que te sobre, adornarás la mesa de Cristo. ¿Quieres hacer ofrenda de vasos de oro y no eres capaz de dar un vaso de agua? Y, ¿de qué serviría recubrir el altar con lienzos bordados de oro, cuando niegas al mismo Señor el vestido necesario para cubrir su desnudez? ¿Qué ganas con ello? Dime si no: Si ves a un hambriento falto del alimento indispensable y, sin preocuparte de su hambre, lo llevas a contemplar una mesa adornada con vajilla de oro, ¿te dará las gracias de ello? ¿No se indignará más bien contigo? O, si, viéndolo vestido de andrajos y muerto de frío, sin acordarte de su desnudez, levantas en su honor monumentos de oro, afirmando que con esto pretendes honrarlo, ¿no pensará él que quieres burlarte de su indigencia con la más sarcástica de tus ironías?

Piensa, pues, que es esto lo que haces con Cristo, cuando lo contemplas errante, peregrino y sin techo y, sin recibirlo, te dedicas a adornar el pavimento, las paredes y las columnas del templo. Con cadenas de plata sujetas lámparas, y te niegas a visitarlo cuando él está encadenado en la cárcel. Con esto que estoy diciendo, no pretendo prohibir el uso de tales adornos, pero sí que quiero afirmar que es del todo necesario hacer lo uno sin descuidar lo otro; es más: os exhorto a que sintáis mayor preocupación por el hermano necesitado que por el adorno del templo.


Este é a poesía para hoxe.

TEMPLO
Elevas a mirada e contemplas a grandeza
dun templo adornado
cheo da beleza
de tesouros dourados.
Baixas a ollada
e no teu colo durmindo
a voz calada
pero palabra encarnada.
Abrazas a ofrenda
de Deus para os homes,
non ves buscar nada
traes dos albores
o Redentor prometido
ao templo sagrado
onde o home redimido
atopa lugar do Namorado.
Irmán benquerido
pon a túa mirada
no home ferido
que é terra sagrada.
Pídoche Nai querida
co Espírito poder
da miña alma facer
santuario de paz e de vida.

 (15-05-2018)

Feliz día

Hoxe ás 8 da tarde, Rosario, Novena e Misa.
Rezamos polos anciáns





No hay comentarios:

Publicar un comentario