viernes, 9 de enero de 2015

PASA A LA OTRA ORILLA


Visita de la Cruz de los Jóvenes y vigilia en A Franqueira

Hoy S. Marcos nos sitúa en la escena posterior a la multiplicación de los panes y los peces. Después de saciarse, Jesús dijo a sus discìpulos que se fuesen y él despidió a la gente. ¡Que elegancia y qué finura! Jesús finaliza esta espléndida jornada en que alimenta aquella muchedumbre dedicando el tiempo a despedir a los "comensales". Y se retira a orar el solo. Y ahí es donde está la clave, la oración. Dedicando el tiempo de silencio y soledad a orar al Padre. Posiblemente tendría más de una tentación. Viendo lo asombroso del hecho uno puede pensar: "esto del Reino está chupao, nada cuatro milagros más y los tengo a todos en el bolsillo". No hijo no; no es tan fácil. Si lees el final del texto de hoy observarás la reacción de los discípulos, "no habían comprendido lo de los panes, porque eran torpes de entender".
Y así, Jesús, hoy camina sobre las aguas, y los discípulos remando a contra viento, en medio de la noche y sin poder llegar al puerto. Jesús, que pasaba de largo siente el temor de estos rudos marineros, por lo menos cuatro de ellos, y les llama a la confianza "Animo soy yo, no tengáis miedo".
A mi me pasa, no se a vosotros, pero, a pesar de estar todos los días junto al Señor, de haber visto como multiplica su gracia a través de la Eucaristía, de dialogar conmigo y con todos, de compartir con los hermanos la fe... yo, muchas veces no navego a contracorriente, me digo a mí mismo, déjate llevar, ya tendrá oportunidad de cruzar a la otra orilla mañana cuando esté todo en calma, ya no haya problemas, las aguas estén más tranquilas, y me guardo de no tener problemas. Sí, hermanos, es la forma de enterrar el miedo y pensar que siendo como el mundo van a creer en Jesús. Yo admiro a  los que tienen una palabra nueva para este mundo confuso lleno de vientos que arrastran e impiden llegar a la otra orilla. Sí, tenemos que llegar a la otra orilla, cruzar el mar. Esto nos recuerda, que si ayer en la multiplicación delos panes Jesús es el nuevo Moisés y el maná; hoy también es Moisés que lleva a su pueblo al otro lado del mar. Dejémonos llevar por quien nos lleva a la libertad.
Las palabras finales de la carta de san Juan son un lema para repetir todo el día y que se nos llene el corazón: "No hay temor en el amor... quien teme no ha llegado a la plenitud del amor".

Nosa Señora da Franqueira nos anime en el amor.

Javier Alonso
A Franqueira

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