4. NOVENA A FRANQUEIRA 2024 PEREGRINAR
A Franqueira fue durante siglos paso obligado del Camino Real. El monasterio ofrecía a los viandantes, véanse comerciantes, arrieros, peregrinos o militares, no solo la oportunidad de hospedarse, sino también de ser recibidos a través de la hospitalidad propia de las comunidades monásticas. Este tránsito, junto a la creciente devoción a Nuestra Señora, hizo que, por ejemplo, en 1750 la población tuviese algunos de los servicios esenciales de una pequeña villa: mesones, tabernas, arrieros, herrero, sastre, posta de correos, vendedor de lienzos, hasta familia hidalga y la conservación de alimentos en el nevero de la montaña. Los monjes destinaban un notable esfuerzo en el desarrollo de la agricultura y la ganadería.
La villa franqueirana hacía posible que los romeros, no solo los días de grandes afluencias, sino también a lo largo del año, pudiesen permanecer junto a la imagen de la Virgen y orar con serenidad. La desamortización y el trazado de la carretera Vigo- Villacastín supuso el aislamiento de la población. El monasterio fue cayendo el el más absoluto deterioro, 30 años desde que el gobierno expulsó a los monjes hasta que el párroco D-. Francisco Areal, en 1868, lo compra en hacienda. Ruinas que solo ayudaron a poder tener un espacio más amplio para la romería. A esto se sumará el deterioro grave que sufre la iglesia en 1883 que llevará hasta 10 años de restauración en que se hace la nueva torre pues la antigua y la cúpula habían sufrido graves daños.
Pese a todo, A Franqueira, intenta a lo largo de los años mantener esa esencia hospitalaria recibida de los monjes y que, Dios mediante, podremos ver fortalecida. Los aseos y las duchas ayudan a que los peregrinos puedan relajar el cuerpo después de una dura caminata, pues como sabéis, no es fácil llegar hasta A Franqueira, el camino es duro. Esperamos que podamos en un futuro no muy lejano, poder contar con un pequeño albergue para que grupos de devotos que deseen pernoctar y pasar algunos días en el santuario tengan la oportunidad de hacerlo.
Pero, ¿por qué venir a un lugar como Franqueira? Pues porque la persona humana, en su interior lleva inscrito el deseo de salir, caminar, y hoy más que nunca, ese deseo viene dado no solo porque esté de moda el turismo rural, o las escapadas, sino porque el silencio forma parte de nuestras necesidades básicas, y son reflejo de que el exceso de ruidos y tareas descentran y alejan a la persona de la oportunidad de conocerse a si misma, trascenderse al encuentro con Dios, hacer lectura creyente de su vida, abrirse a una respuesta verdadera del amor. El santuario es visitado a diario por personas que, según sus testimonios, necesitan estar en silencio, para una verdadera escucha, para orar, o aprender a orar.
Jesús dijo a sus discípulos, "venid a un lugar apartado a descansar" ¿busco espacios, tiempos para el silencio y sanar el corazón con la oración serena y confiada?
María guardaba y meditaba en su interior ¿veo la mano de Dios en mi historia personal? ¿me pongo en la manos de Dios para decirle cada día Hágase tu voluntad?
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