Bienaventurado Jesús, que inaugura el Reino. Él es el pobre, manso, limpio y misericordioso, lloró y tuvo hambre de justicia, sembró la paz y fue perseguido. Detrás de la cruz y la sangre conoció el signo y criterio más claro de la victoria: la verdadera alegría.
Hoy somos llamados a la bienaventuranza
no te canses de ser Jesús el Bienaventurado
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