Es un santo, decimos a veces de una persona buena y humana. Es una santa, que buen corazón tiene esta persona. Y lo decimos con consideración y respeto, con admiración y deseos de imitar. Y nos preguntamos como lo consigue. Y descubrimos la docilidad del corazón, la humildad de vida, el compartir entrañable, la compresión y la misericordia. Y esto lo hemos vivido y lo seguimos viviendo, porque la santidad de Dios, Padre bueno y compasivo, se manifiesta en hombres y mujeres de silencio y oración, de escucha y diálogo con el Señor. Porque el Espíritu se derrama sobre personas que se dejan iluminar por la Palabra, que se reconocen a si mismos necesitados y pobres, que se saben pecadores perdonados, que no ven al otro por encima del hombro ni presumen de ser mejores. Y así, se es humano, y siéndolo se es divino, porque Dios se hizo un con nosotros para que seamos en El. Y vemos la santidad en quien descubre la vocación al amor en el matrimonio y ahí vive la santidad y se santifica en la limpieza de corazón, en la entrega mutua, en el proyecto de vida, en la superación de las divisiones para mostrar al mundo la unidad a la que se llama. Y la santidad en los padres y en los hijos, familia, edificación en el amor. Y en el trabajo, construyendo el mundo, en el cuidado de la casa común, del planeta. La santidad en el dolor y sufrimiento, en la enfermedad y las contradicciones de la vida, en las dificultades, que se viven con serenidad y ofrecimiento. La santidad en la justicia y la caridad, en la paz y el progreso según el mandato de Dios. La santidad en la gratuidad y el agradecimiento.
Y Jesús, abrió la boca y dijo. Y proclamó las bienaventuranzas, y una nueva humanidad nació. Un nuevo pueblo se forjó en esta nueva ley. Y dice "bienaventurados". Sí, felices vosotros si os dejáis hacer por la santidad de Dios.
Sed santos, como Dios Padre es santo. Sed compasivos y misericordiosos, sed felices y dichosos.
Que Dios os bendiga
Feliz día
Xabier Alonso
1-11-2018
Evanxeo: Mt 5, 1-12a
Vendo Xesús a multitude, subiu ao monte e sentou. Achegáronselle as
persoas que acompañaban máis de preto e el, tomando a palabra,
ensinábaos dicindo:
--Ditosas as persoas totalmente pobres,
porque delas é o Reino dos ceos.
Ditosas as que choran,
porque elas serán consoladas.
Ditosas as non violentas,
porque elas herdarán a terra.
Ditosas as persoas que pasan fame e sede de xustiza,
porque elas ficarán fartas.
Ditosas as misericordiosas,
porque elas acadarán a misericordia.
Ditosas as de corazón limpo,
porque elas verán a Deus.
Ditosas as que traballan pola paz,
porque elas serán chamados fillas de Deus.
Ditosas as persoas perseguidas por causa da xustiza,
porque desas tales é o Reino dos ceos.
Ditosas vós, cando vos aldraxen, persigan e calumnien de calquera xeito
pola miña causa; alegrádevos e reloucade, porque grande será a vosa
recompensa nos ceos
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