viernes, 20 de abril de 2018

COMER Y DAR DE COMER




A medida que tomamos mayor conciencia de los peligros de una mala alimentación nos paramos a ver las etiquetas de los productos. Comprobamos los niveles de azúcares, grasas, aceites, y otros compuestos que los identifican con letras y números que solo un especialista logra saber. Ahora bien, los que nos gusta ir de mercado, a la plaza de abastos, solo ves lo que hay expuesto, preguntas si es fresco, o de donde son, y con una palabra del vendedor o de la vendedora, no necesitas ni papeles y documentos, la palabra es más que suficiente. 
La palabra de Jesús es radical, certera, llena de vida "comer la carne, beber la sangre es vida eterna". Entrar en comunión con el Señor, aceptar a Jesús en nuestra vida, asumir su mensaje y su presencia, asimilar su ser en nosotros, configurarse a si mismo, dejarse identificar con él es eternidad, es vida. 
Los hay que se necesitan ver etiquetas, componentes ideológicos en el que te enzarzas en defensas de posturas, que a veces no están muy de acuerdo con el Evangelio, y pueden acabar absolutizando lo que es relativo. Véase, defender a capa y espada costumbres, ideas, tradiciones y dejar a un lado lo esencial de la vida del creyente: la oración, la escucha de la Palabra, la celebración de la fe, el testimonio y la caridad. Alimentarse de Cristo es tan sencillo como aquellos que se sentaron en la hierba y dejaron que el Señor les entregase el pan y el pescado. Y a veces nos preocupamos de alimentar nuestro ego, o nuestra vanidad o querer aparentar y no aceptar nuestra necesidad de que tenemos que repetir "danos de ese pan".
Comer la carne de Cristo es también dejarse comer, pues nuestra identidad es ser cuerpo de Cristo. No nos dejemos edulcorar ni pongamos aditivos, seamos auténticos y demos de comer a este mundo. Hoy alimenta con el Cristo que reside en ti, que eres tú, con una sonrisa, con un abrazo, con un consuelo, con una mirada, con un gesto, con la entrega, con el compromiso, con la oración, con el ser Iglesia, con una mirada limpia. 
Nosa Señora Bendita, Naiciña da Franqueira, alenta a nosa vida e ser corpo de Cristo.

Feliz día
Xabier Alonso
Franqueira, Prado, Lamosa
20/04-2018

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