martes, 14 de julio de 2015

TODOS, POCOS, NINGUNO

En torno á Nosa Señora da Franqueira renovámonos como pobo de fe


Jesús se lamenta de la incredulidad de los habitantes de las ciudades por las que pasa a predicar y les anuncia las consecuencias, no en forma de castigo, sino que, por ellas mismas sufrirán. Corazaín, Betsaida, Cafarnaúm, donde había hecho milagros, pero no mostraban un ápice de conversión. Podemos esperar milagros para creer, pero hasta con ellos, el orgullo puede crecer. Cuantos piensan que cómo Dios no me va a favorecer si soy tan buena persona, me lo merezco. Pues el milagro de la conversión no se obró y la relación con Dios se cegó.
Veo en este lamento de Jesús una llamada a considerar la dimensión social de la fe. Me explico. Una ciudad, como tal, no tiene capacidad de conversión, sí sus habitantes. Que todos acepten al Señor significa que la fe obra en cada uno y hace posible un mundo nuevo de convivencia, relaciones, servicio, actitudes, virtudes, que lograrán que la sociedad como tal se convierta en un lugar de encuentro, de vida, de auténtico progreso. Si no se acepta al Señor entra en el seno de la sociedad un estilo de vida impropio del hombre, pues la fe le capacita para ser, la conversión le transforma hacia el bien, la vida en Cristo le llevará  a la caridad, y será justicia y verdad que ilumine las gentes. Lo anuncia el Antiguo Testamento dando al pueblo de Israel esa personalidad de aceptar o no los mandatos del Señor, de vivir o no la fidelidad y de sufrir o avanzar en sus consecuencias. Insisto, no es castigo, por nosotros mismo ya nos castigamos olvidando al Señor y viviendo un dinamismo de muerte que es a lo que lleva el olvido de Dios.
Obra Señor en nosotros el milagro de la conversión, para que, con el corazón renovado en ti construyamos una sociedad más justa, y, seamos, presencia del Reino en tu amor. 

Nosa Señora da Franqueira, o noso pobo eleva unha cñantiga agradecida a ti, pois a túa presencia nos une e a túa intercesión nos axuda. Concédenos vivir na xenerosidade ao Evanxeo viviente, o teu Fillo, e converternos ao seu amor.

Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
14-07-15

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