lunes, 2 de febrero de 2015

TALITHA QUMI



La descripción del evangelista en este conocido relato de la curación de la hija de Jairo y de la mujer que padecía flujos de sangre va creando la tensión en el lector que con arduos deseos quiere que la niña sea sana. En el nerviosismo de un padre desesperado y que se transmite en el ambiente, encontramos, un Jesús que ante la enfermedad o el mensaje de la muerte es capaz de anunciar la salud y la vida con la misma serenidad. "Vete en paz y con salud, tu fe te ha curado", le dice a la mujer; "No temas, basta que tengas fe" le dice a Jairo, jefe de la sinagoga. 
Y yo, ¿cómo asumo mi papel ante las malas noticias?. Una larga enfermedad sin visos de lograr la sanación, o una enfermedad mortal y la misma muerte en una niña de doce años. ¿qué mensaje tengo yo?. ¡Cuánta fe es necesaria!. Sí, porque Jesús habla serenamente y transmite esta palabra: no temas, tranquilo, confía, ten fe. Ante la muerte Él trae la resurrección, sin espectáculos, sino con la intimidad de tres testigos, y con la normalidad de "les dijo que le dieran de comer". Y yo?. Convierto tantas veces la buena acción en una medalla que luzco ostentosamente en la solapa.
Jesús atiende, en medio de aquella muchedumbre, a un mujer temerosa pero confiada, y dialoga con ella y le da la salud, no solo física. Jesús entra en la habitación en la que ya se respiraba la muerte y habitaba el luto y lo convierte en la puerta del Reino en el que se recibe la vida y se canta la alegría. 
En este día Jesús también nos dice "tu fe te ha sanado", hoy también nos susurra "talitha qumi", "Contigo hablo, levántate". No nos dejemos postrar por el cansancio de la lucha ni el dolor de la muerte.

Feliz día.
Por cierto, feliz San Blas.

Javier Alonso
A Franqueira

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