martes, 24 de febrero de 2015

SIGNO DE CONVERSIÓN


"Lo mismo que Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación". Las palabras del evangelio de hoy nos recuerdan a este peculiar personaje del Antiguo Testamento. Todos recordamos su historia: llamado por Dios para ser signo de conversión, él huye continuamente, hasta que engullido por una ballena pasa tres días y vuelve a la orilla. Tiene que experimentar la muerte, física de forma cercana y existencial en todo su ser, para ser mensajero de la misericordia de Dios. Una gran lección para todos nosotros.
1.- Quien llama a la conversión es el Señor, porque el hombre por si mismo es abocado al fracaso continuamente. Hoy, necesitamos oír esa llamada insistente, porque a medida que cerramos la puerta a Dios en el corazón del hombre, éste solo se preocupa de su bienestar, ve para su vientre y busca su satisfacción, cueste lo que cueste.
2.- Es necesario hablar de lo que se conoce y ser testigo de lo que se experimenta. Hoy el mundo necesita testigos no parlanchines. Tantas teorías ciegan y embotan la mente y el alma, y Dios no es una teoría, ni una ideología, Dios es encuentro vital. Encontrarse con el señor significa pasar por el mismo `proceso de muerte y resurrección, de pasión apasionada por la vida que procede de él. Así, Jonás, muriendo a su miedo y su egoísmo, dejando de huir, "enterrado" tres días en el vientre del animal, es signo del Hijo, signo de la nueva humanidad, de la llamada que cada uno hemos recibido en la fe, muerto nuestro pecado resucitando a la vida, para ser testigos.
3.- Hoy el mundo es como Nínive, necesitada de un proyecto de vida y de amor. Caminar por las calles de este mundo anunciado que está en medio de nosotros el Reino, que el tiempo está cumplido, que es necesario creer en el Evangelio, en la Buena Noticia, como escuchamos el domingo pasado.
4.- Hoy Jesús, como en la escena del evangelio, deja en evidencia nuestra incredulidad, nuestros miedos y egoísmos, nuestras cegueras. 
Hemos encontrado este tesoro que ha sido puesto en nuestras manos.

María, Nosa Señora da Franqueira, refugio de pecadores, ruega por nosotros.

Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
25-02-15

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