martes, 26 de febrero de 2019

ESTA IGLESIA QUE AMO



Había una frase de un obispo que decía "la Iglesia que no sirve, no sirve para nada". Y yo conozco esta Iglesia. La de hombres y mujeres con una fe recia y generosa que los coloca en las periferias de la existencia. Personas que se colocan en el último lugar para servir al que no cuenta. Conozco la Iglesia de los que perdieron el miedo a si mismos, que derrotaron su orgullo, que se reconocen en la sencillez. Se de la Iglesia de los que su palabra es de consuelo, su sentir el del que sufre, su mirada la del hermano. Se de la Iglesia que huye de los prestigios, de los primeros puestos, de los honores. Se de la Iglesia golpeada por aquellos a quienes les destapa sus mentiras, los que se llenan la boca de palabrerías pero no mueven un dedo, o mueven el dedo acusador hacia los débiles y quienes los defienden. Se de la Iglesia que abraza y perdona, que se reconoce con sus defectos y no los esconde, la Iglesia que no tiene pelos en la lengua a pesar de ser criticada. Se de la Iglesia que lucha cada día por ser fiel a su Esposo, Jesucristo, que creen en la novedad de la Salvación, en la resurrección del hombre aniquilado por el pecado. Yo amo esta Iglesia, quiero seguir viviendo en ella. Yo amo esta Iglesia servidora que pone al débil e indefenso en el centro y se arrodilla para servirle.
María, servidora del Evangelio, ora con nosotros.

Feliz día
Xabier Alonso
26-02-2019

Evanxeo: Mc 9, 30-37. 
Naquel tempo Xesús e os seus discípulos marcharon de onde estaban e foron atravesando a Galilea sen deterse, porque non quería que o soubese ninguén, xa que ía instruíndo os discípulos. 
Dicíalles: --O Fillo do Home vai ser entregado nas mans dos homes, que o matarán; pero, despois de morto, pasados tres días, ha resucitar. Eles non entendían o que lles dicía, pero non se atrevían a preguntarllo. 
Chegaron a Cafarnaúm e, cando estaban na casa, preguntoulles: --¿De que viñades discutindo polo camiño? 
Eles calaron, porque no camiño discutiran entre si sobre quen era o máis importante. 
Xesús sentou, chamou polos doce e díxolles: --O que queira ser o primeiro, que sexa o derradeiro e o servidor de todos.
E, collendo un neno, púxoo no medio deles e, abrazándoo, dixo: --Quen acolle a un destes nenos no meu nome, acólleme a min; e quen me acolle a min, non é a min a quen acolle, senón a Aquel que me mandou. 




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