EL BIENAVENTURADO NOS HACE VIVIR EN SU AMOR
La inmediatez de la existencia, las prisas y el deseo de quemar etapas a base de nuevas experiencias, el ansia por lograr metas impuestas, las ganas de ser originales, el nerviosismo impuesto por la sociedad, las noticias desbordantes, los riesgos de una adolescencia permanente, el carpe diem de disfrutar quemando rueda, las tendencias, los gustos, aficiones, las frustraciones, los miedos, la impotencia de no conseguir avanzar, los muros impuestos,... y un sin fin de realidades que están consiguiendo que en la rueda de la tecnocracia, la economía de consumo, el descarte social y la violencia, consigan que la vida se convierta en un deseo de vivir sin pensar, movidos a veces por los impulsos de los sentimientos y las decisiones de rebaño.
Y de repente, las preguntas fundamentales de nuestra vida están sin hacer. Un día te pegas de bruces contra la pared, una losa fría que se coloca tapando el drama de una vida rota, el silencio ante un sin sentido que se impone como avalancha de nieve que atrapa todo lo que encuentra a su paso, lo que está bajos los pies se tambalea en el terremoto de sentimientos y afectos. Silencio impuesto, abrazo que hace sentir el calor del amigo, del hermano, del amado, de la amada. Noches que se hacen eterna y muertes que suenan a sentencia injusta.
Y un grupo de ingenuos, en medio de esta vorágine de cascadas frías de hielo y muerte, se reúnen y cantan "bienaventurados, felices, dichosos, seremos Señor". Pueden pensar que es un aire consolador que nace de historias pasadas, cuentos de viejas que intentan remediar lo irremediable. Pero, siguen y siguen, con el paso de los años y los siglos, proclamando que la vida es un don agraciado, que el amor lo llena todo y Cristo resucitado ha hecho nuevas todas las cosas. Que no creemos en un difunto que vuelve, sino un hermano, el Hijo Primogénito de Dios, que está vivo, presente y resucitado, que ha derramado su amor y nos muestra las señales del costado, las heridas de las manos, el dolor que de vida se ha llenado. La esperanza no es fugaz, no es narcótico para dolores insufribles, es respuesta del camino que te hace ver la vida como anticipo de lo que está por venir, del hogar al que todos tenemos que partir. Santos y santas seremos Señor, felices, dichosos, bienaventurados en el amor. Hoy proclamamos que la vida no es cruel, sí que es dura, pero es nuestra, de Dios y de los que con cada día vivimos, que no somos desconocidos y anónimos números que producen y gastan, somos ciudadanos del cielo, miembros de un pueblo, familia de hijos e hijas, presencia de amor y proyecto en el Amado.
Cristo es nuestra esperanza, nuestra confianza, nuestro amor. En Cristo esperamos y en él nos entregamos y, hoy, con los hermanos proclamamos, somos dichosos en el amor. Dichosos en el que se hizo pobre, en quien llora para dar consuelo, el perseguido por ser justo, el de corazón misericordioso. Cristo es el bienaventurado, y nosotros, configurados, revestidos en su amor por el bautismo, en Cristo somos amados, y el amor de Dios ni mengua, ni desaparece, es eterno, inmortal, es el amor verdadero que se hace ofrenda y nos hace en el resucitados, vivos en la vida nueva
SANTOS E DEFUNTOS
O mes comeza
solemnemente lembrando aos mellores fillos e fillas da Igrexa. A comuñón dos
santos impulsa en nós unha mirada de esperanza de que o camiño de fe ao que
somos chamados nos conduce á gloria definitiva e plena no amor misericordioso
ao que o señor nos guía polo seu Espírito.
A lembranza dos nosos finados
convídanos á pregaria por aqueles que esperan da nosa caridade. Este ano de
Indulxencia traspasa tempos e lugares para que esteamos máis preto deles e lle
pregemos a Deus polo perdón dos seus pecados.
As
celebracións do día 1 serán os horarios habituais:
A Franqueira: 11 da mañá e 5 da tarde. Procesión ao
cemiterio e oración polos defuntos
Prado da Canda: 10 da mañá
A Lamosa. 12,15 da mañá
2 de
novembro. Fieis defuntos
A Franqueira: 11 da mañá e 5 da tarde
Prado da Canda: 10 da mañá e procesión no cemiterio e
oración polos defuntos
A lamosa: 12,15 da mañá e procesión no cemiterio e
oración polos defuntos
Acto de
ánimas será o sábado 22 de novembro