domingo, 25 de junio de 2023

NO TENGAIS MIEDO

 


Queridos amigos. Jesús después de haber llamado a sus discípulos y haberles enviado a anunciar la buena noticia de la presencia del reino a través de la acción sanadora y realizando, por el poder del Señor, lo que es imposible a los ojos de los hombres. Escuchábamos el domingo pasado como lo increíble se hace visible, lo imposible se hace realidad, limpiar leprosos, resucitar muertos, liberar del mal a los poseídos.

Hoy Jesús ejerce su liderazgo como guía el maestro de sus discípulos a través de pequeños refranes que le ayudan la manifestar un mensaje de confianza: no tengáis miedo les dice. Y es que la presentación del bien, la bondad, de la justicia, la verdad supone un enfrentamiento directo a los intereses del mundo. El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su Señor. Jesús les indica sus discípulos que la persecución y las afrentas que sufre y profetizadas por Jeremías en la primera lectura será las mismas que recibirán aquellos que viven el discipulado. La incomodidad de muchos es a veces la garantía de que se está siendo fiel al evangelio. Hoy en nuestra sociedad nadar a contracorriente, salirse del guión preestablecido, pensar distinto, mantenerse en unos principios y valores resulta incómodo al común. Los discursos edulcorantes que contemplamos en la sociedad queriendo complacer a todos olviden en muchas ocasiones la dignidad de la persona, el proyecto de Dios, el destino de la humanidad y se construyan leyes y sociedades de acuerdo con sus intereses.

Estos días ha salido a la luz el informe de la institución pontificia ayuda la iglesia necesitada sobre la libertad religiosa en el mundo. Resulta chocante que uno de los aspectos fundamentales de la vida de las personas que refuerza su más íntima relación y y que lleva a las mismas a vivir una relación social de comunión, de fraternidad y de calidad con los más necesitados se convierta en una amenaza en aquellos países en los cuales la libertad de las personas es pisoteada. Uno de cada 3 países sufren algún tipo de discriminación o persecución religiosa. De todos es conocida la situación en Nicaragua, o en otros países en los cuales sus habitantes se ven en la necesidad de huir por los conflictos armados o sociales. Aquellos lugares en los que se garantiza el ejercicio de la libertad religiosa sus habitantes pueden desarrollar todas las dimensiones de sus capacidades. Educación, la sanidad, la justicia social y todo lo que supone el desarrollo integral de la persona si no van acompañados de la libertad en la dimensión religiosa no alcanzará nunca su integridad.

Pero a pesar de todas las dificultades que podamos tener en el ejercicio de nuestra condición como creyentes el mensaje de Jesús sigue siendo el que llevamos en una confianza plena en el amor de Dios. El Señor nos muestra en el profeta Oseas que nos enseña a caminar y nos lleva de su mano. Nuestros pies pueden vacilar, podemos incluso caernos, pero él está para ayudarnos a levantarnos de nuestra postración. Jesús vivió este temor ante la violenta muerte que sufrió. En el huerto de los olivos su plegaria al Padre paso del miedo, Padre haz que pase este cáliz, a la confianza, hágase tu voluntad. Aparentemente a Jesús lo derrotaron colgándolo de un madero pero no consiguieron matar el evangelio pues en la resurrección se ratifica que la victoria definitiva es la del amor.

Sentados a la mesa del Señor fortalecemos nuestra confianza y reafirmamos nuestra respuesta al amor. No tengáis miedo, estoy con vosotros


Puedes leer el informe de la institución ayuda la iglesia necesitada sobre la situación de la libertad religiosa en el mundo 

https://www.ayudaalaiglesianecesitada.org/informe-libertad-religiosa#:~:text=Seg%C3%BAn%20el%20Informe%20de%20Libertad,ataques%20a%20este%20derecho%20fundamental.



Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,26-33):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.»

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