domingo, 18 de junio de 2023

ENVIADOS

 


Una vez finalizadas las solemnidades del Señor: Santísima Trinidad, Corpus y Sagrado Corazón, retomamos los domingos del Tiempo Ordinario. Con la lectura continua del evangelio de San Mateo contemplamos las palabras y gestos, los milagros y decisiones de Jesús. La celebración de la cotidianidad de la Pascua Semanal que nos centra en el misterio de la entrega del Señor para darnos vida y vida en abundancia.

San Mateo establece en su evangelio capítulos de discursos y enseñanzas, en concreto 5 momentos donde expone la ley nueva que brota del amor de Dios. En otros capítulos nos cuenta la acción de Jesús. Hoy escuchamos el nexo de la acción a la enseñanza. Así dedica los capítulos 8 y 9 a relatarnos su tarea de cuidados de los enfermos y los pobres, su cercanía con los pecadores, su poder sobre la creación calmando la tempestad, llamando a los discípulos. Una dedicación extrema por los últimos. Comienza un nuevo tiempo marcado por la bondad de Dios. Y esto le lleva a poner su mirada sobre las gentes, una muchedumbre de los que siente una profunda compasión, pues están perdidos y abatidos, como ovejas sin pastor.

La compasión le lleva a centrar la invitación a sus apóstoles a que oren, pidan trabajadores en la tarea del Reino. Y les envía, a curar enfermos, limpiar leprosos, resucitar muertos, liberar endemoniados.

Nos envía a nosotros, que nos ha llamado por nuestro nombre. Hoy somos destinados a una misión, y nosotros, por el bautismo, somos misión. La tarea es sobreabundante, inmensa, en un mundo de hombres y mujeres perdidos, cansados, golpeados por el dolor y el sufrimiento, necesitados de compasión, de cuidados y ternura. Hoy, en este inmenso, pero pequeño mundo, compleja y desbordante realidad la misión de verdad y paz, de bien y justicia, de amor y comunión no es un reto o necesidad de los hombres para una necesaria supervivencia, sino la llamada y misión del Señor que nos envía a la trabajar en el campo de su propiedad, el mundo es suyo, la siembra y la cosecha es de Él y nos llama a ser trabajadores de su mies.

No depende de nuestras fuerzas, sino del Espíritu que actúa en la vida de la Iglesia, que lleva la verdad y la paz. Resucita los muertos que la violencia abandona, libera los que están esclavizados por el maligno, limpia las lepras que marginan y excluyen. Hoy la comunidad cristiana está creando acuerdos de paz en Ucrania, está liberando personas secuestradas, pueblos maltratados. Una Iglesia que cuida, sana, se compadece. ejerce la ternura y revoluciona con el amor el corazón.

Feliz domingo


1 comentario:

  1. Gracias es muy buena tu reflexión y muy útil para ACTUAR...

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