Y en la casa de un rico yacía un hombre llagado.
Olía a muerte en el corazón avaro y frescor de flores en la mirada del pobre.
Muerte y vida convivían, separados, lejos, ajenos y sin capacidad de encuentro,
distancias que nacen de indiferencias y desprecios.
Un rico sin nombre, muere y lo entierran,
¿habrá quien haga duelo? Los que lloran no poder aprovechar
las riquezas y banquetes.
Se muere Lázaro, el pobre es un hombre con nombre,
y los ángeles no lloran, su alma se la llevan,
a gozar en el seno del Padre Abrahán..
Muerte y vida se intercambian, gozo y tristeza se sitúan,
ahora es otra la vista, la muerte ahora es vida.
Hoy es un mensaje para cada uno
abrir los ajos y escuchar los gemidos
hoy podemos convertirnos
gracias a que se cruzan en nuestras vidas
pobres con nombre, con sus silencios y lamentos.
Hoy podemos romper la indiferencia
abrir caminos de vida al banquete de la gloria.
abrir los ajos y escuchar los gemidos
hoy podemos convertirnos
gracias a que se cruzan en nuestras vidas
pobres con nombre, con sus silencios y lamentos.
Hoy podemos romper la indiferencia
abrir caminos de vida al banquete de la gloria.
Es Jesús que nos llama
es el Señor quien nos dice
ven a gozar del banquete de tu Señor.
es el Señor quien nos dice
ven a gozar del banquete de tu Señor.
Y un pobre, el hijo de una humilde muchacha y de una familia pobre,
se cruza en el camino de la historia
y nos cambia el rumbo,
la fiesta, el banquete vendrá después
en el que todos nos reconocemos plenamente como hermanos
se cruza en el camino de la historia
y nos cambia el rumbo,
la fiesta, el banquete vendrá después
en el que todos nos reconocemos plenamente como hermanos
Xabier Alonso
Preciosa reflexión llena de inspiración por el Espíritu Santo. Un abrazo
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