Hoy escuchamos un de los textos emblemáticos del encuentro de Jesús Resucitado con los apóstoles. Encerrados en el cenáculo les muestra las llagas y les transmite el mensaje de paz y la fuerza del Espíritu para ser portadores del perdón. Pero Tomás no está. Y duda ante el testimonio de sus compañeros. Dudas que le encierran en si mismo, le alejan de los demás, le impiden abrirse a una nueva oportunidad. ¿Era tan necio Tomás? No. Era como nosotros. Cuando las dudas nos tapan los oídos y no queremos más que certezas. o más bien, nuestras certezas. Cuando nuestras dudas muestran nuestras inseguridades. Cuando las dudas se hacen terquedad y obstinación. Cuando las dudas se vuelven exigentes, duros con nuestro corazón y el de los hermanos. Todos tenemos dudas, pero si se convierten en miedos nos bloquean.
Y Jesús desea que Tomás vea cumplido su deseo. Toca mis manos, mete tu mano en mi costado. Durante estos años nos hemos adaptado a una forma distinta de saludarnos. Ponemos nuestra mano sobre el corazón y nos inclinamos en gesto de confianza ante el otro. Hoy os invito a que al tocarnos el pecho nos acordemos de Jesús Resucitado. Que toquemos de corazón para ser trasmisores de la paz del Señor.
Y Jesús se encontraba con los discípulos el primer día de la semana, y cada semana. El domingo. Día de resurrección. Como hoy que nos reunimos en comunidad y celebramos nuestra fe.
Termino y os invito a que os conectéis en este enlace que os envío.
https://www.youtube.com/watch?v=BOb0GZpq_M4
Escuchad esta canción de la hermana Glenda. Vale la pena ver que estamos llamado a confiar en el amor de quien lo hace todo por nosotros. Entrégale tus miedos al Señor
Feliz domingo
Xabier Alonso
No hay comentarios:
Publicar un comentario