Cuando Herodes vio bailar a la hija de Herodías le prometió "pídeme lo que quieras hasta la mitad de mi reino". Que poco valía el reino de este reyezuelo si lo parte por la mitad por un baile de una muchacha. Es lo que tiene sentirse propietario y no servidor.
Hoy, fiesta de Jesucristo Rey del Universo, vemos al Señor juzgado por un gobernador, el siervo juzgando al Señor, y se convierte el interrogante en ser interrogado, pues a cada pregunta de Pilato salen más preguntas para el juez. Y será el Rey condenado el que salve su Reino siendo dado en amor y en amor será juez pues es por siempre Señor.
Mi reino no es de este mundo. Y es verdad. El reino de paz, de justicia, de amor, de verdad, de vida... no es de este mundo. ¿Pero el mundo está dispuesto a ser del Reino de Cristo? Por lo menos que lo sepa.
Feliz domingo
Xabier Alonso
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