REFLEXIÓN PARA EL DÍA TERCERO
EL ANUNCIO DEL DIOS DÉBIL QUE SE DA A LOS POBRES
No es fácil asumir y vivir en la fragilidad.
La familia de Nazaret está preparada para uno de los acontecimientos más importantes de cualquier familia, el nacimiento de un nuevo miembro. Con qué nerviosismo preparasteis todo. No solo lo material, sino también vuestro interior, con las dudas e incertidumbres, pero sobre todo con esa vitalidad que durante 9 meses habéis compartido. El latir de su pequeñito corazón, esas pataletas que duelen porque aprisionan, el que te explican una y mil veces, pero que al final te dicen eso de "cada uno lo tenemos que vivir y es único". Y es verdad, yo que soy hombre, célibe y sacerdote, veo en la cara de las que estrenan su maternidad esa mirada de satisfacción, en que a pesar de todo, las cosas van bien.
En este momento, te pido, que sin romper las distancias de seguridad, os veáis a los ojos, sonrías y des gracias. Ese niño o niña que estos días te saca de los nervios porque no para quieto es la fuente de tu felicidad, la apasionante aventura de la vida que se cruzó en tu historia y hace posible que todo adquiera un nuevo color. Queridos amigos, hoy y estos días estáis juntos, que gran noticia, poder estar juntos, poder enseñarle lo que vives cada día, ponerte a su servicio, hacerle ver la vida del color hermoso de la alegría y la ingenuidad. Pero, abandona tu puesto y aprende, que es buen maestro el dejarse conducir por el amor espontáneo y alegre.
Bueno, reconduzcamos el relato. Ahora está María y José teniendo que ir a arreglar sus papeles a Belén. No es un trayecto corto, desplazarse de norte a sur por caminos de transportistas de aquella época, caravanas de comerciantes que irían a Jerusalén a vender sus mercancías. Y allí los ves, y la familia que queda en Nazaret diciendo lo que todos decimos: cuidaros mucho, que todo salga bien, tranquilos, y si tiene que nacer que venga bien. Pero a diferencia de nosotros no podían decir llámame, envíame un mensaje o háblame por los tantos y tantos medios actuales. Y ya sabéis la historia, la que leemos en el relato de hoy en la novena que rezamos.
Pero permíteme que en el ir venir de tanta gente que acude a una cuadra de animales veamos a quien llaman los ángeles. Ufff, si son los pastores!!!. Sí, esos que están al raso, mal vistos y de los que desconfían tantos por sus tratos engañosos en las ventas. Los que viven entre animales, a esos, se les presenta la buena noticia de la salvación. La fragilidad del Dios que nace en la pobreza se hace visible en la fragilidad de la pobreza de la humanidad. La luz lo envuelve todo y lo llena de alegría, y ellos corren llevando la noticia de que Dios está en medio de nosotros.
Yo, hoy, te recuerdo que Dios está en medio de nosotros, su presencia es la luz que llena de vitalidad las sombras de nuestras incertidumbres, da confianza en nuestros miedos y guía nuestros pasos por los caminos de la paz. Hoy sal del cascarón de tu protección y viaja con tu corazón a los lugares de la pobreza donde está el Señor y espera para que sea adorado. Y adorar e entregar la vida a Él, desde nuestra fragilidad Él nos espera débil, frágil, pobre
Viaja y adora, en silencio, al pesebre de la cama de las UCI, de los hospitales, de las residencias, de los hogares en aislamiento. Póstrate y ofrece los dones de tu corazón, de tu ser, de tu amor.
Ven en silencio y contempla al Dios que se hace pobre en los albergues de transeúntes, en los hogares improvisados, en los pisos pateras, en los hogares de sin papeles. Llama a la puerta de sus almas y adora, en silencio. Adora.
Viaja y entra en las celdas de los internos de prisiones, entra en su vida aislada y ahora entiendes lo que significa estar encerrado.
Y piensa, en todas las personas a las que quieres servir desde la oración. Hoy que estábamos convocados a las 24 horas para el Señor, ¿tendremos un rato de adoración?. Sí, adora al Señor en tu corazón, ponlo en el centro de tu vida, Llena tu ser de su amor.
REZO POR TODOS VOSOTROS
UN ABRAZO MUY GRANDE
GRACIAS
Xabier Alonso
A Franqueira
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