viernes, 28 de agosto de 2015

¡QUE HORROR!



Esta es la expresión que mejor define la sensación que se le queda a uno al escuchar las noticias. Es horrible lo que nos está pasando, o más bien, ahora que todo está más cerca lo sentimos más nuestro. "ojos que no ven corazón que no siente", y hasta no hace mucho la inmigración y los inmigrantes era "un problema" que tenían otros, y la culpa es de ... una lista interminable de gente malvada y perversa. El horror de ver las consecuencias de lo que pasa se une a la impotencia de lo que uno podría hacer, pero, aumenta mi perplejidad al escuchar determinados comentarios sobre las personas que mueren en el Mediterráneo, o asfixiadas en un camión, o se amontonan en una frontera, o saltan concertinas, o se encaraman a una valla, o viajan en los bajos de un camión, o cruzan en una maleta, y, estos comentarios no se los dedican ni al perro que tienen en casa como mascota. Existe el peligro de un endurecimiento de los corazones que se ve recompensado por unas leyes más severas, las ayudas que acabarán en proyectos, reuniones, asambleas, conferencias, viajes, propagandas, esquemas, futuribles, y una larga burocracia que está aún más lejos de la realidad. 
Jesús, en su niñez, fue inmigrante y refugiado. Perseguido para darle muerte está lejos de la escena de postal de Navidad de la Sagrada Familia a lomos de un asno camino de Egipto. El drama familiar que vivieron lo hemos convertido en una imagen infantil. El rostro de familias enteras con sus hijos pequeños en estas situaciones, huyendo del hambre y alas guerras, de la persecución, es el rostro de Jesús, con sus padres, caminando largos kilómetros intentando comprender por qué les tiene que pasar esto. Pero ¿qué les decimos?, cuando los telediarios han abierto estos días por el desplome de las bolsas y se volatilizan miles de millones por razones que solo algunos logran entender. 
¡Que horror!. Hoy mi oración y la jornada va dirigida y ofrecida por todas estas personas. Jesús nos dice "fui forastero y me acogisteis".

Nosa Señora da Franqueira, sabes que somos extranxeiros en terra allea, pois a nosa patria está no ceo. Axúdanos a comprometernos máis por estes irmáns nosos que sofren o desprezo. Ti es o noso refuxio na peregrinación da vida, acólleos no teu corazón de nai e dalles esperanza.

Felíz día
Javier Alonso
A Franqueira
28-08-15

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