PASCUILLAS, PEREGRINACIÓN DE LA ESPERANZA
La segunda lectura de la liturgia de ayer estaba tomada de la carta de S Pablo a los Romanos. Pablo nos presenta la fe como un proceso que nace de la Gracia que es regalada desde Dios que nos rescata del pecado y nos introduce en un camino de plenitud y de vida que es la Gloria. De la Gracia, la gratuidad, a la Gloria a la vida. Esta mirada de la promesa que está por llegar se mueve el creyente en un proceso de esperanza. Recordemos lo que nos decía sobre la esperanza:
Más aún, nos gloriamos incluso en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, la paciencia, virtud probada, la virtud probada, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado.
A la luz de esta palabra vemos la imagen que nos ofrece la peregrinación, tanto la que hemos vivido estos días pasados en Pascuillas, como las que se celebran a lo largo del año y las que vendrán en septiembre. Salir al camino para llegar al Santuario, salir de la gratuidad y el agradecimiento, conscientes de las dificultades que tiene el camino, pero con la confiada promesa de que llegaremos a la meta que es anticipo de la Jerusalen del cielo. Cada Parroquia intenta organizarse y no es fácil en unas comunidades a veces más menguadas, o con pocos vecinos, y es el empeño y tesón de los que quieren atraer a sus convecinos a seguir haciéndose presentes en esta celebración. La peregrinación es un reto de preparativos que supone a veces tribulaciones y dificultades, pero sabemos que vale la pena. El camino al Santuario, igual que la vida, se hace muy cuesta arriba, no lo hacemos solos, sino que es en comunidad que transmite una comunión de fe y de alegría en el deseo de superación. Cada paso da constancia a nuestra peregrinación, no es una carrera, es un camino que se hace con el paso firme, hay que saber pisar para no lesionarse, saber pisar para llevar también la cabeza y la mirada siempre a lo alto, contemplando lo que compartimos y lo que recibimos. La constancia nos hace auténticos, fieles, podemos pensar en medio del camino quien nos metió en este follón, para que he venido o si sirve para algo... la autenticidad hace que el camino hace al peregrino y el peregrino hace el camino. El camino, y el de Franqueira y sus romerías, hacen al peregrino porque no sales a hacer un camino, sino que eres peregrino de la Virgen, nos define e identifica, nos hace auténticos. Y todo llega a su fin, la llegada convierte el estar y el salir de regreso con una respuesta, volvemos el próximo año, el camino, la peregrinación hace posible que se proyecte una esperanza, seguir avanzando, tener la perspectiva de regresar, por lo tanto de esperar con ilusión la próxima edición. El próximo año 2026 la celebración de Pascuillas será el 25 de mayo.
Y todo, todo, gracias al amor de Dios que ha sido derramado. Y me quedo en que es derramado, que lo llena y desparrama todo, que lo desborda por todas partes, y nuestro corazón es receptáculo muy pequeño para poder acoger el amor de Dios, y por eso, como el aire fresco, la sombra, el agua, las palabras, los amigos, el cielo y la tierra, nos desbordan y configuran el camino. Así como un sombrero, un buen calzado, un bastón, una mochila, una botella de agua, un bocata... hacen camino con nosotros, cada día vemos como todo nos ayuda de forma integral a que seamos peregrinos de esperanza.
María salió deprisa a la montaña para servir pues su corazón desbordaba amor de Dios por todas partes, amor derramado.
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