Domund 2021 “Lo que he visto y oído”…
Comienzo
dando gracias a Dios por los 15 años que llegué a Brasil, ha sido para mí, un
tiempo de gracia y sorprendentemente me siento en proceso de evangelización.
La
presencia misionera de las Religiosas de María Inmaculada en Brasil, se
extiende por este inmenso territorio de norte a Sur: Desde la isla de Marajó en
la desembocadura del rio Amazonas hasta el Sur del país, en Rio Grande do Sul…
atendiendo una “mínima” parte de su población; 50 millones de Jóvenes, mayor que la población de nuestra querida
España…
Brasil,
cuenta también con 8 millones de Empleadas de Hogar, que junto con
los jóvenes son nuestro foco en la evangelización y transformación social a
través de las familias donde sirven y la dignificación de su trabajo. En la
pandemia son las que más han sufrido despedidas, la mayoría sostienen la
familia y aumentando su precaria situación.
Como
veis, nuestra presencia es todavía “insignificante” para estas bastas
dimensiones, pero unidas a tantas y tantos misioneros evangelizadores de otras
instituciones eclesiales, laicos comprometidos y la fuerza que nos viene de todos vosotros, de ti, que nos estás
leyendo… conseguimos ser una “pequeña presencia”, que sin grandes medios ni fuerzas, consigue marcar diferencia y participar con el Pueblo, venciendo tantas “pequeñas” batallas contra el
hambre, la violencia, la falta de educación, de oportunidades para nuestros
jóvenes… compartiendo la vida y la Buena Noticia de Jesús, desde la acogida, la
prevención, la escucha, la formación integral, la preparación para el trabajo, creando
nuevas oportunidades y sobre todo, creyendo en cada uno de ellos.
Tenemos
la dicha de “ver”, “escuchar” y “presenciar”
en tantos momentos “los milagros” que se realizan en ellos, alcanzando sus
sueños, sus metas, progresando en su formación y realización personal. En este
camino de ENCUENTROS, siempre salimos todos “enriquecidos”
Hoy
me encuentro realizando esta misión en el gran São Paulo, (pastoral urbana, tan
necesitada como la rural), próximas a la mayor favela de la ciudad: Heliópolis,
donde la marginalidad de todo tipo es muy fuerte. Atendemos una pequeña escuela
de alumnos que vienen de allí, con un lindo proyecto CAVIM, (Centro de Apoyo
Vicenta María) para después de las clases, con los más necesitados y
vulnerables familiarmente, donde comen, meriendan…, encuentran un ambiente de
amistad, con actividades recreativas, formativas y de tiempo libre.
¿Cómo
hemos realizado nuestra misión durante más de año y medio de pandemia? Con muchas dificultades; económicas, de
comunicación… ha crecido de forma alarmante el hambre, los “moradores da rua” donde
la calle es la habitación de más de 25 mil personas… Pero la SOLIDARIDAD nos ha
desbordado dentro de la misma población creándose muchos mecanismos para recoger
y distribuir alimentos, donde hemos estado colaborando, especialmente con las
familias de nuestros alumnos que había que mantener alimentados… Solamente
aprovechando la generosidad de los pequeños gestos ha hecho posible de nuevo,
el milagro de los “cinco panes y dos peces”
No
olvides que tu poco, unido al otro poco… realiza “los imposibles de Dios”
María Francisca Enríquez RMI
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