lunes, 31 de diciembre de 2018

UN SEGUNDO Y TODO ES NUEVO



Ahora ya está. El tiempo, es inexorable instante que viene y va. El deseo de que cada minuto, que a veces se convierte en el sueño del letargo y otras el instante decisivo que lo cambia todo. Un segundo, el último segundo, el 60, y ya cesó, pasando en el 1 a ser un día nuevo, un mes nuevo, un año nuevo. Y no es contar por contar e vivir para vivir. Tiempo, ese tesoro que tenemos y que se convierte en excusa "no tengo tiempo", se convierte en "que haré ahora, o, a partir de ahora". ¿Qué harás? No. No es el hacer lo que pesa, sino como y por qué. No es nostalgia lo que llevo, es el tesoro de la esperanza lo que entrego. No es pasado lo que cargo, es la belleza de lo que vivo. No es tristeza lo que tengo, es alegría contenida que me llena. No es, sino ser.
Cada mañana al levantarme elevo la mirada al cielo. Cuando las nubes o la niebla no lo impiden, allí, en lo alto la veo. Coronando la montaña, donde se posó guardada como un tesoro la imagen de nuestra Madre, en esa cumbre da Paradanta, luce con su fuerza anunciando el nuevo día la estrella de la mañana. Ese lucero que anuncia el nuevo día. Cada día, me detengo ante ella, y mi pensamiento se traslada a los pies de la Señora y le digo "dile a tu Señor que hoy haré un sitio para El". Pues este día, de recuerdos, este atardecer del año, esta entrada en la noche, anuncia un nuevo día. Esta Estrella de ternura a quien dedicamos el primer día le pedimos en la aurora del nuevo año la Bendición de la paz del Padre de los astros.
Ahora, en este nuevo año que empieza te pido Madre mía que no me permitas negociar con las tinieblas. Ayúdanos María a ser reflejo luminoso del Sol invicto que se anuncia. 

Feliz año nuevo hermanos y hermanas
Xabier Alonso
31-12-2018

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