jueves, 5 de mayo de 2016

GUIA PARA VIVIR EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA EN A FRANQUEIRA



Jubileo de la Misericordia en A Franqueira
"Con María, hacemos el camino de la Misericordia"

Introducción

Peregrinar al Santuario de A Franqueira es una oportunidad única para obtener la "fortaleza en la fe, la seguridad en la esperanza y la la constancia en el amor" de manos de la Virgen a la que proclamamos Reina y Madre de Misericordia.
Es salir de nuestros hogares, nuestras cosas y nuestro ámbito, para ponernos en camino.
Estamos celebrando el Jubileo extraordinario de la Misericordia y hay muchos matices e invitaciones que nos hace un Jubileo como este. Presentamos de manera muy sencilla los aspectos más importantes de la celebración del Jubileo en el santuario de la Virgen de la Franqueira. Invitamos a vivir cada momento con intensidad y renovar nuestra vida en Cristo, el rostro misericordioso del Padre.

1. La peregrinación
El camino a los pies de A Paradanta no es fácil, supone un trabajo y un sacrificio. Es un camino que nos debe hacer pensar. Es una oportunidad para la oración silenciosa y acompañada por el ritmo de nuestro caminar. Este año enviamos unas tarjetas para ser fotocopiadas y distribuidas entre los participantes. Recogen algunas sugerencias de la lectura del Evangelio desde las obras de misericordia, así como una propuesta de oración y recuerdo a la Virgen.
Invoca a María, Nuestra Señora de A Franqueira, ella peregrina de la fe, acompaña el camino de la vida. Y pídele que con su amor materno te ayude a estar al lado de los “refugiados, de los peregrinos, los inmigrantes y perseguidos "este mundo

2. La llegada
Tenéis a vuestra disposición baños, duchas y vestuarios para asearse, pues una de las obras de misericordia es acoger a los peregrinos. Pero además de estas cuestiones prácticas, disponed el corazón para encvontrarse con la Virgen María. En primer lugar dando gracias por finalizar el camino, y, pidiendo la inspiración del Espíritu Santo para entrar en el encuentro con el Padre Misericordioso.
Invoca a María, Madre cariñosa, ella espera en este hogar a sus hijos. Pídele que te ayude a ser un miembro activo de la comunidad de las hermanas, que es la Iglesia

3. La puerta de la misericordia.
La iglesia de Nuestra Señora de A Franqueira,por su vínculo espiritual con la basílica papal de Santa María la Mayor en Roma, goza del privilegio de ser lugar perdonanza permanente. Pero en este año Jubilar con mayor intensidad, si cabe. Siendo templo donde ganan las gracias jubilares, la puerta principal se declara la Puerta de la Misericordia. Antes de entrar en ella, fijándose en su belleza y lenguaje artístico que transmite, se pueden hacer las oraciones que hay en ambos lados. Damos gracias a Dios porque María nos muestra la puerta del cielo y nos invita a prepararnos para el perdón y la misericordia, para ser nosotros también misericordiosos. Entra en el templo, orando en silencio y mirando a María Madre de misericordia.
Cristo es la puerta, entrar en El es tener la vida. Invoca a María, Auxilio de los cristianos, para dar gracias por el bautismo y renovar la fe recibida.

4. Camino de conversión

El Para Francisco insiste en la necesidad de descubrir el corazón inmenso del amor del Padre, que quiere perdonarnos y hacernos partícipes del gozo de la reconciliación. El camino hecho es una invitación a reflexionar sobre nuestras vidas. Tanto dentro del santuario y la capilla de la penitencia hay sacerdotes disponibles para los peregrinos que deseen recibir el Sacramento de la Confesión. Existen esquemas de examen de conciencia y explicaciones sobre el significado de la indulgencia jubilar.
Acércate a María, Refugio de los Pecadores, pide la gracia de una sincera conversión. Acércate a los hermanos para llevarles la misericordia en el perdón, en la paciencia, en la corrección fraterna y en la caridad.

5. Pasar por debajo de la Virgen
Desde muy antiguo existe la tradición de pasar por debajo de la imagen de la Virgen. Es una oportunidad para hacer un gesto, una expresión de lo que sentimos y queremos vivir. Se puede hacer la siguiente oración que es considerada la más antigua dedicada a la Virgen. En María encontramos descanso.
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
Revestidos en Cristo somos nuevas criaturas. Cuidados al calor de Nuestra Madre recuerda en la oración a los que están desnudos y desamparados, los enfermos y en la miseria.

6. Participar en la Eucaristía
Nos dice el Concilio que la Eucaristía es "fuente y cumbre de la vida cristiana". Junto con toda la Iglesia peregrina damos gracias, alabamos y bendecimos. En el banquete de la Eucaristía saciamos nuestra hambre y nos unimos en la caridad.
Como Jesús, que tuvo compasión de la multitud, "ya que estaban perdidos y cansados como ovejas sin pastor", pide a la Virgen María, Divina Pastora, que te conceda un corazón compasivo para dar de comer a los que tienen hambre.

7. Beber en la fuente
Así como tenemos sed en el largo camino, sentimos sed en el caminar de cada día. Acercamos a la fuente de la Virgen es calmar la sed del peregrino, sed de amor y de unidad, de comunión y de perdón, de paz y de alegría. Beber y lavarse, somos; después de participar en los sacramentos de la vida, la Reconciliación y la Eucaristía que nos alimenta y sana; quién de dirigirnos a María, Fuente Divina de Gracias, y fortalecerse para volver a casa siendo testigos del amor que actúa en nosotros.
Reza la Salve con devoción. Consagrarte a María, Virgen de la Fuente, para acercarte a quien para sed0, y ser capaz de llevar el agua viva que es Cristo.

8. Vivir la Misericordia
Proclamamos a María, Reina y Madre de Misericordia. Ella descubre, desde la humildad, la misericordia del Padre que la ha elegido para ser la Madre del Salvador. Con prontinud, llevando en su seno al Hijo de Dios, sale a servir a los que necesitan ayuda. Visitanado a su prima Isabel lleva la alegría y la esperanza, y, por la acción del Espíritu proclama la grandeza del Señor.
Después de la peregrinación a la Franqueira queda llevar a todos lo que hemos recibido. Sed misericordiosos como el Padre es el encargo que nos hace el Papa en este jubileo.
Lleva e tu corazón a María, que tuvo que huir para no matasen al Niño. Ella vivió como refugiada en la tierra de Egipto. Ella es madre de un pueblo liberado.
En esta peregrinación hacemos un compromiso de participar en el gesto Diocesano del Jubileo con nuestras limosnas a los refugiados y los cristianos perseguidos.
Felicidades a todos, muchas gracias y buen camino.
Nuestra Señora de Franqueira, Ruega por nosotros


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