PESCADOR DE HOMBRES
La misión empezó en Galilea, en la orilla de un lago. Jesús llamó a Pedro, Andrés, Santiago y Juan, pescadores de profesión invitándolos a ser pescadores de hombres.
Al final del evangelio de Juan, esos mismos, salen a pescar y pasada la noche nada recogen. Solo con Jesús Resucitado, confiando en su palabra, la pesca es abundante, llena de peces y son invitados a comer con el Señor a la orilla del lago. Cada mañana es el Señor Jesús quien prepara el alimento para asumir la misión.
Una nueva mañana de duelo, de miles de personas que entran en la casa del pescador, Pedro, donde reposan sus reliquias. Encima de su tumba descansa para la despedida el último de sus sucesores, Francisco. Viendo esta multitud podemos decir que quien lleva en su corazón la misión de ser evangelizador, cumple lo dicho por el Señor, ser pescador de hombres. Y Francisco lo ha hecho, por el don del Espíritu, fue un gran pescador, a todos nos atrapó en la red del amor de Dios.
Gracias Francisco.
Así fue.Nos cautivó a todos con su cercanía y cariño.
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