domingo, 27 de abril de 2025

FELICES POR CREER


FELICES POR CREER

 Entra Cristo resucitado mostrando las heridas de la pasión glorificadas, mostrando el camino de glorificación de la humanidad herida por el pecado que genera violencia y muerte, que destruye la creación y al ser humano. Hoy, Cristo entra en lo escondido de los discípulos y entrega la paz, el aliento del Espíritu que hace posible la transformación y generar hombres nuevos. 

A los ocho días ya estaba el dubitativo Tomás, que no solo no cree que fuese posible la resurrección sino que tampoco cree el testimonio de sus hermanos. ¡Tomás, Tomás! Y como nosotros necesitamos pruebas, tocar, escuchar, y la presencia derrota los miedos, las cerrazones.

Hoy, domingo de la misericordia, Jesús nos llama bienaventurados, felices, dichosos. No es la felicidad empeñada en ser ganada a base de posturas artificiales ante la vida, o ocultando la realidad vulnerable y pobre de nuestra condición. Felices, dichosos porque creer es abrirse confiadamente. 

A Marta, que llora la muerte de su hermano Lázaro, le dice Jesús: « ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? » (Jn 11,40). Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso. (Francisco Lumen fidei 1)

Creer es dejarse iluminar para ser luz, dejarse acompañar para hacer camino, dejarse amar para ser amor. Bienaventurados por abrirse al confiado encuentro de amor.

Creer significa confiarse a un amor misericordioso, que siempre acoge y perdona, que sostiene y orienta la existencia, que se manifiesta poderoso en su capacidad de enderezar lo torcido de nuestra historia. La fe consiste en la disponibilidad para dejarse transformar una y otra vez por la llamada de Dios. He aquí la paradoja: en el continuo volverse al Señor, el hombre encuentra un camino seguro, que lo libera de la dispersión a que le someten los ídolos. (Francisco Lumen fidei 13)

Dichosa tú porque has creído, le dice Isabel a María, feliz por haber puesto tu vida en el proyecto del amor de Dios. ¡Qué vocación inmensa para todos nosotros!

1 comentario:

  1. Gracias!! Qué respiro leer esto para el corazón del hombre sediento y necesitado!! Abrazo

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