jueves, 2 de julio de 2015

TUS PECADOS ESTÁN PERDONADOS



Viendo la fe que tenían, Jesús, le ofrece mucho más de lo que espera aquel paralítico. Además de la sanación de su parálisis que le impide caminar y desenvolverse, le libera de la atadura del pecado que le impide caminar con la libertad de ser hijo de Dios. Jesús ve mucho más allá de lo inmediato, de lo evidente. Jesús va  a la raíz de lo que esclaviza y paraliza al hombre.
Con mucha fe acudimos tantas veces al Señor. Observo como enfermos, con distintos síntomas, personas con cuadros dramáticos, hombres y mujeres que su fe es invocar y suplicar, por medio de la Virgen, la sanación de sus enfermedades. Sí, una fe muy grande, pero condicionada por la situación, a la espera, a veces desesperada, de una respuesta, también condicionada. Pero la fe nos ayuda a descubrir lo maravilloso que nos regala cada día y, que con unos ojos abiertos y un corazón agradecido, tropieza con el milagro de ser liberados. Es Jesús el que ofrece más de lo que esperamos, así, aunque estemos centrados en una enfermedad grave, nos sigue ofreciendo el perdón, la paz, la serenidad, la esperanza, la vida. ¿Como?, pues a través de una comunidad creyente que ora por ti, con una familia que te acompaña, con unos amigos que te animan, y, a través de la Iglesia, nos ofrece el milagro de la oración para dialogar con el Señor, la Palabra para escuchar al mismo Dios, la Reconciliación para sanar las heridas del corazón, la Eucaristía, el mismo Jesús, para saciar nuestra hambre de unidad y de amor, la unción de los enfermos para fortalecer el espíritu y el cuerpo, la comunidad para visibilizar y hacer posible el Reino, todo con la fuerza y el poder del Espíritu. ¿No es maravilloso?. Recibimos mucho más de lo que pedimos
Anda, toma tu camilla. Confía y llevando la camilla para cargar con el cuerpo herido del hermano, gózate en la salud, salvación, que te da el Señor.
En la enfermedad del alma herida por el pecado, Jesús, Buen Samaritano, nos ofrece el aceite del consuelo y el vino de la esperanza, sanándonos con el perdón.

(Mateo 9,1-8)

Nosa Señora da Franqueira, alivia o noso sofrir e achéganos ao teu Fillo, Bo Samaritano.

Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
02-07-15

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