La celebración de la festividad de Santa Marta, hermana de María y Lázaro, amigos del Señor, nos ayuda a pensar en varios aspectos de nuestra fe. Uno de ello es el que aparece en el texto del evangelio de hoy. Lázaro había muerto y cundo llega Jesús, Marta, muestra la rebeldía de la incomprensión. Jesús , que había hecho tantos milagros ¿cómo consiente que su hermano muriese?. Jesús afirma, contra todo pensamiento, una palabra novedosa, El es la Resurrección y la Vida. La fe no se basa en conceptos e ideas, sino, éstas, fruto del encuentro con el Señor. "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que había de venir al mundo". En las lágrimas de la desesperación se afirma la fe, se reconoce quien es el Salvador, se manifiesta la esperanza.
Otro de los aspectos es el de la amistad. Jesús elige a sus discípulos y les llama amigos, y conversa con mucha gente, y acoge a todos. Pero Jesús necesita un lugar de intimidad, donde compartir la vida, pasar ratos de encuentro, estar para reírse, charlar, descansar. Esa es la casa de Marta, maría y Lázaro. En Betania, Jesús, tiene su refugio de amistad.
Betania es sinónimo de acogida. Ella, Marta, es patrona de los hosteleros, y también, protectora de los asilos de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. La actitud de acogida es propia de nuestra fe, no solo el saber abrir las puertas de nuestra casa para el que necesite descansar, sino sobre todo, el corazón para acoger.
Marta y María, son signo de la doble misión de la Iglesia y de todo cristiano, la oración y la acción, la contemplación y la misión, dos cosas que no se contraponen, sino que se necesitan y se complementan. Orar para comprender lo que debemos hacer, vivir manifestando lo orado, rezar poniendo lo realizado, actuar siendo manifestación de lo orado.
A la luz de todo esto quiero comentar un hecho que me hizo pensar. El otro día llamó por teléfono una señora al santuario preguntado si teníamos habitaciones para pasar unos días. Yo le contesté que no, que no disponíamos de hospedería, a lo que me dijo: "que pena, quisiera pasar unos días de oración". Esta es una asignatura pendiente del Santuario da Franqueira, disponer de un lugar en el que poder acoger a los peregrinos o personas que deseen hacer unos días de retiro, incluso poder organizarlos. Pido a la Virgen poder ver eso logrado, dar los pasos para conseguir ese servicio y esa atención propia de todos los santuarios, ayudando a vivir unos días de oración y encuentro. Muchas oportunidades de evangelización se pierden por no disponer de instalaciones adecuadas. Cuanto me gusta soñar. En su tiempo el antiguo monasterio disponía de ese servicio de hospedería, pero, la desafortunada desamortización destruyó el monasterio y retrasó en cientos de años la vida de este lugar.
Nosa Señora da Franqueira, axúdanos a ter un corazón hospitalario.
Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
29-07-15
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