miércoles, 18 de febrero de 2015

ENTRAR EN LO SECRETO

Estos años pasados se han puesto de moda en algunas parroquias "os ratrexos", competiciones nocturnas en las que, siguiendo las señales que los organizadores dejan por los montes, los concursantes tienen que llegar a la meta superando algunas pruebas.Estos rastreos me traen recuerdos de la vida en el seminario menor, pues era uno de los juegos más esperados del año y que se hacía en la "fiestas del rector". En este juego no sabes el itinerario, ni tampoco las pruebas, algunas de ellas escritas en clave y que había que descifrar. Lo único era seguir unas señales pintadas y que te iban guiando. Eso sí, lo importante era llegar en grupo, y los mayores ayudaban a los más pequeños. 
Hoy iniciamos un "rastrexo", el cuaresmal. Sí, podemos suponer el final de este camino, pues la cuaresma no tiene sentido en si misma, sino que es el lugar de paso, para llegar hasta la meta final, la Pascua. Pero este camino, cada año, es nuevo, tiene un aliciente de adentrarnos en un "lugar muchas veces desconocido" el misterio de Dios y nuestro propio misterio. Como en el juego tenemos mensajes que clave que ponen a prueba nuestras capacidades, o más bien nos capacitan para la prueba final. Así, hoy Jesús, nos invita a tres habilidades en lo secreto de nuestro cuarto, de nuestro corazón: la oración, el ayuno y la limosna. Estos tres componentes de la devoción judía siguen teniendo actualidad en nuestra vida, con un elemento indispensable, entrar en lo secreto. La oración, escucha y palabra, diálogo, encuentro, reconocerse y amarse. El ayuno, abandono, buscar lo esencial, despojarse de lo que no vale, confiarse en las manos del Padre amoroso. La limosna, reconocer la acción de la providencia, saber llevar entre todos el peso de las pruebas, tener las manos abiertas sin agarrarse a nada. Y todo en lo escondido, en lo secreto, solo lo sabe El. Entrar en lo secreto es adentrarse en los entresijos de nuestro corazón, en lo enmarañado de nuestra alma, en las búsquedas de nuestro interior. Y, a veces, somos más complicados que códigos cifrados. Él tiene la clave para interpretar y conocer la ruta.
Hoy iniciamos esta cuaresma de la mano de María, Nosa Señora, a ella le pedimos que nos ayude a guardar en nuestro corazón y meditar todo lo que nos pase en esta cuarentena.

Feliz cuaresma a todos.

Javier Alonso
A Franqueira
18-02-15

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