Seguimos avanzando en el evangelio de Marcos y Jesús ya les hace a sus discípulos partícipes de su misión. O más bien, les hace protagonistas de la misión que el Padre le encomendó.
Lo primero es que van de dos en dos, esto es, en comunidad. No es una tarea solitaria sino en comunidad, acompañándose mutuamente. En la tarea evangelizadora no estamos solos, cada uno debe asumir su responsabilidad, pero vamos juntos complementándose y sabiendo que la palabra y la acción no les pertenece, sino que es la del que envía. ¿Cómo haría Jesús las parejas?. Conociendo bien a cada uno de sus discípulos, bien seguro, que haría lo posible para que se ayudasen mutuamente. Creo que mezclaría las parejas de hermanos, o de buenísimos amigos, para no caer en el compadreo del corazón del hombre. Sabemos que cuando tenemos que hacer algo juntos nos unimos primeramente por afinidad, y no siempre funciona, porque nos consentimos muchas cosas. Así, en la misión como enviados del Señor, lo que cuenta es el protagonista principal, Jesús.
Fueron con autoridad, y esto es aún más sorprendente. Esa autoridad que asombraba a los que oían al Señor. La autoridad de liberar al hombre del mal y sanarlos de las enfermedades. Hoy en día nos fiamos en exceso de nuestras fuerzas y demasiado poco de la Gracia. Asumamos que nuestra autoridad viene del Señor.
Los envía sin nada. La seguridad no está en las cosas, todos iguales, sin diferencias sociales como ahora nos vemos en la vida. Cuantas diferencias marcan las acciones del cristiano si tienes bienes, medios, recursos, y ahí radical lo sorprendente una ven más de la pobreza evangélica: fiarse plenamente del Señor.
Van sabiendo que habrá quien no los acepte. Y es que el Evangelio no es recibido por todos. Jesús fue rechazado y sus discípulos no vamos a un camino de rosas en el que todo sean facilidades.
No me extraña que pocos quieran asumir todo esto: no ser los protagonistas, compartir tarea con quien no te cae tan bien, saberse elegido aún en la indignidad, vivir la pobreza y la inseguridad, no tener el éxito que se espera e incluso poder ser rechazado.
Pero sí, hoy, como entonces, hay corazones apasionados por esta aventura del Evangelio. ¿Hoy te atreves a seguirlo y ser enviado?. Hoy el Señor te envía a anunciar, liberar y curar. Hoy Él nos elige y nos envía.
Nosa Señora da Franqueira, estrela da evanxelización, roga por nós.
Feliz día.
Javier Alonso
A Franqueira
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