Este es el primer viernes de esta cuaresma, y por eso, el evangelio nos recuerda el sentido del ayuno, las penitencias y las abstinencias. Porque seguimos escuchando, como todos los años, que eso de no comer carne es una chorrada, o que abstenerse de algo es un sacrificio absurdo, o que tampoco nos vamos a asustar por no hacerlo. Y poco a poco, en muchas personas, ha perdido su sentido y ya no es ni necesario, ni importante, no siquiera cuestionable.Quisiera recordar algunas clavas que me parecen interesantes para este día:
1.- El sentido del tiempo. Aún hay lugares donde están celebrando el carnaval, y lo tienen programado aún para dentro de dos semanas. La pérdida del significado del tiempo como un proceso pedagógico que nos ayuda a entrar en el dinamismo de la historia, siendo herederos de este sentido, de lo sagrado del tiempo y de como nos ayuda a madurar. Ahora parece que hay una cierta obsesión a pasarlo bien, a hacer fiestas incontables, a tener escusas para divertirse, comer y beber, beber y comer.
2.- Saber decir que no. Los ayunos y abstinencias que nos propone la Iglesia están significadas en no comer carne los viernes de cuaresma y ayunar de una comida fuerte el miércoles de ceniza y el viernes santo, y que, todos los viernes del año son días penitenciales. Modelar nuestra voluntad para saber abstenernos de algo, a veces superficial, para buscar lo esencial. Hoy huimos del sacrificio, y ¿como vamos a entender la cruz si no renunciamos a lo pequeño?. La vida, con sus durezas y crueldades, nos exige que estemos bien preparados y dispuestos, que nos exijamos a nosotros mismo. Igual que los deportistas se imponen renuncias para llegar a una meta, o un estudiante pasa noches en vela preparando un examen o un trabajo, de la misma forma nos necesitamos abstenernos de palabras, obras, actitudes, costumbres, vicios, y otras cosas que nos puedan hacer daño.
3.- Un sentido solidario de la vida. El Papa en el mensaje de este año nos recuerda la responsabilidad mutua que nos debemos. Desde Caín que es interpelado por Dios ¿Dónde está tu hermano?. Así, nosotros, somos corresponsables de este mundo que ha sido puesto en nuestras manos. Mientras exista dolor, injusticia, sufrimiento, hambre, desigualdades, nosotros no podemos estar indiferentes, porque la indiferencia nos aleja del hombre, nos endurece el corazón, nos sitúa en un castillo infranqueable, nos endulza con carcajadas facilonas una vida que se aleja de la realidad. Por eso el título, fiesta contenida, y es que estamos compartiendo cada día la mesa del amor que Dios prepara para nosotros, pero todos somos llamados a sentarnos a esta mesa de "manjares suculentos" del Reino.
4.- Saber renunciar en beneficio. El ayuno que el Señor quiere es el de la justicia. Hoy saber renunciar es decir sí a la historia que estamos construyendo con el Señor, decir sí a la cruz de Jesús, decir sí a la caridad con el hermano.
Hoy ofrezcamos nuestras abstinencias por los inmigrantes que están cada día subidos a las alambradas, por los que huyen del hambre y encuentran la injusticia de un mundo "indiferente".
Nosa Señora da Franqueira, que nuestros ayunos y abstinencias sean agradables al Señor.
Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
20-02-15
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