Nuestra casa está abierta muchas veces para recibir invitados. Familia, amigos, o en alguna ocasión, personas distinguidas han compartido mesa y mantel con nosotros. Intentamos que todo sea adecuado para el momento, y que deje, una buena imagen de ser los mejores anfitriones. También nos ha ocurrido de tener personas que no son del mejor agrado, son invitados de compromiso, e intentamos, que no de pie a discusiones o enfrentamientos que crean mal ambiente. Son momentos tensos que intentamos solucionar como podemos.
Hoy Jesús entra en casa de pecadores y publicanos, como Leví, el recaudador de impuestos que acoge inmediatamente la llamada de Jesús a seguirlo. Sí, Jesús llama a un pecador, como a tí y a mí, y con ese corazón inmenso de amor se sienta a la mesa, que se convierte en una llamada al perdón. La crítica de los fariseos y escribas no tarda en llegar, y, Jesús, aprovecha la ocasión "no he llamado a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".
En la mesa del Reino somos todos invitados, y yo, también quiero estar cerca del Señor.Comer con Él como signo de comunión con la misericordia y con la bondad desbordadas que atraen al más alejado.
Esta cuaresma es una llamada a atraer a todos hacia el Señor, a que la mesa del mundo sea la mesa de los hermanos que vuelven a la casa del Padre y celebran el perdón.
Siéntanos a tu mesa, sánanos y llénanos de una santa conversión.
Nosa Señora da Franqueira ayúdanos a que neustros hogares estén siempre con las puertas abiertas, signo d nuestro corazón, dispuesto a acoger a todos.
Feliz día
Javier Alonso
Franqueira
21-02-15
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