Hace unos meses escuchando una charla de un compañero decía que le damos muchas vueltas a los argumentos sobre la teología, la Iglesia, los sacramentos, la moral, etc. y Dios es mucho más sencillo. Aclaraba que para él había dos razones para vivir con la confianza propia de la fe, además de otras muchas más, los dos mil años de historia y los millones de creyentes. Fijáis que signo más claro sobre la fe. Porque una institución, como la Iglesia, no resistiría 2000 años de historia si no fuese custodiada por el mismo Dios, y además, tantos millones de seres humanos no pueden estar equivocados.
Pero yo añadiría que el signo que reclaman los fariseos a Jesús que garantice lo que está haciendo somos cada uno de nosotros, y es, nuestro pecado. Son cada uno de los cristianos que hay en el mundo y con sus historias. Porque los fariseos ¿qué más podían esperar?, los ciegos que ven, los sordos oyen, los muertos resucitan ya los pobres se les anuncia la Buena Nueva, ¿qué más querían?. Y nosotros también reclamamos del mismo Dios después de ver cada mañana la maravillosa historia que realiza con cada uno. Nos dejó su signo de amor en una cruz levantada que se convierte en vida y esperanza de la humanidad.
Así los signos actuales, a lo que el Concilio llama los signos de los tiempos, son:
El deseo de paz en el corazón del hombre. La rebeldía contra la injusticia y las divisiones. El testimonios de miles y miles de cristianos que dan la vida por la fe. La entrega y el servicio por los más pobres en nombre de Dios nuestro Padre. El misterio de la vida que se abre paso en medio de las dificultades. El perdón como signo de lo auténtico dejando a un lado el odio y el rencor. La búsqueda de la verdad y de la bondad.
Ahora, durante el día, busquemos donde el Señor nos manifiesta sus signo de acción. Los rostros y las historias cercanas.
Nosa Señora da Franqueira, Madre nuestra, tú eres un signo claro del amor de Dios.
Feliz día a todos
Javier Alonso
A Franqueira
16-02-15
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