jueves, 11 de diciembre de 2014

ADVIENTO: EL MÁS GRANDE Y EL MÁS PEQUEÑO



Con la lectura del texto del Evangelio de este día yo me quedo sorprendido: Juan Bautista, el más grande nacido de mujer, pero el más pequeño en el Reino. Y digo que me sorprende y me sobrecoge, porque, cualquiera de nosotros, con nuestras limitaciones, sin vivir en esa radical y extrema entrega del profeta en el desierto, sí, somos más grandes que él. Me da un poco de reparo decir esto, pero, la grandeza de Juan Bautista está en su bautismo de sangre, y que es, el nuevo Pueblo de Dios el que lo eleva, porque se humilló. Pero fíjate, tú y yo, con nuestras miserias, "gusanito de Israel" dice Isaías, hemos nacido a la Vida en el Bautismo, no solo el de conversión que anunciaba Juan, sino, el del Espíritu por el que recibimos la vida en adopción, siendo hijos en el Hijo. Hemos sido sellados por el Espíritu por el que somos sacerdotes, profetas y reyes, una vocación con el que nos configura con Cristo, con El, por El y en El; nos unimos en la ofrenda al Padre, anunciamos la Buena Nueva y construimos el Reino. Me da vértigo, pues somos más que Juan, porque recibimos, comemos, nos alimentamos del que él anunció y señaló, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 
Sí, porque Juan anunció, lo señaló, preparó, murió por la verdad; pero no fue su discípulo, ni le encargó nada más que la misión de cerrar una etapa, para abrir el camino al Señor. Pero nosotros lo hemos conocido, nos ha llamado, nos conoce, estamos con El, y nos envía. 
Sí, en el dinamismo del Reino, el más pequeño es el más grande; porque el que se humilla será enaltecido.

Aprendamos de María, Ella es maestra es este camino, pues desde el principio se llama la esclava del Señor.

Textos del día: Isaías 41,13-20; Salmo 144; Mateo 11,11-15

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