lunes, 15 de diciembre de 2014

ADVIENTO: ¿CON QUÉ AUTORIDAD HACES ESTO?. Abrid las puertas a Dios




La escena del evangelio de este día nos coloca justo después de que Jesús expulsara a los mercaderes del Templo. La pregunta de los ancianos y sacerdotes ¿con qué autoridad haces esto?, da pie a Jesús a introducir una vez más la llamada a la conversión de Juan Bautista, un profeta enviado por Dios o un loco más de los que podrían pulular por aquellar tierras.
Tanto la acción de Jesús, como la pregunta de los ancianos, como la tensión creada, me da pie a una reflexión sobre nuestra vida.
La autoridad.
Se ven dos actitudes contrarias, y que pueden estar presentes en nosotros, por un lado ponerlo todo bajo la ley, una ley que ciega la libertad. Aquellos habían interpretado la ley liberadora de Dios esclavizando las conciencias, pero es que a veces nosotros, también nos agarramos a tradiciones que nos pueden hacer perder el horizonte. Respuesta que habitualmente nos estancan ante lo novedoso  y lo imprevisible del futuro: "Siempre se hizo así", "para que vamos a cambiar", " no está bien cambiar", ... y seguimos anclados en nuestras normas. Lo esencial a veces se olvida, y se pierde la esencia del Evangelio, pero conservamos celosamente nuestras normas, que muchas veces están lejos de la ley de Dios.
Pero también existe la otra actitud, no se si más esclava que la anterior, el dejar todo al gusto, la apetencia, el "me va bien, voy a probar", "hay que modernizarse", "hay que estar con los tiempos", una postura cambiante que va con las modas, o los discursos que nos infunden por los medios, o los sentimentalismos. Así nos encontramos con que nuestra vida se vuelve una navegación en continua búsqueda de rumbo, en que hay que navegar con lo políticamente correcto, no molestar a nadie y buscar mi satisfacción para poder realizarme.
A lo que nos invita Jesús una vez más es, como El, a buscar siempre la voluntad del Padre, sabiendo que somos protagonistas de un proyecto de amor que se realiza en la historia, que es historia de salvación. A saber leer los signos de los tiempos, donde Dios nos da muestra de su acción. A formar nuestra conciencia desde la libertad y desde la ley del amor de Dios. Pues en su Hijo hecho hombre El nos hace libres.

Repitamos este día el salmo 24: Enséñame, señor, tus caminos, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con lealtad

Textos de hoy. Números 24,2-17; salmo 24; mateo 21,23-17

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