DIA8: LAS COSAS PEQUEÑAS
Me sorprende entrar en las antiguas ferreterías. Todo parece imposible. Enormes espacios llenos de cajones que se abren en un caos aparente que solo conoce el vendedor. Uno llega con una necesidad que parece mínima, un pequeño tornillo o una tuerca, y aparece. Allí está. Sin ese pequeño invento sería imposible arreglar lo que está estropeado. No te extrañe que haya personas que tiren un aparato por faltarle un pequeño elemento, pues en el descarte y cambio que vivimos en una inmensa cadena de consumo. Y, con una pequeña pieza queda arreglado, y si no pudiese ser así, ya se encarga el vendedor de darte una solución.
Cuantas pequeñas cosas te ayudan a pasar un día arreglado. Una mirada, una sonrisa, un silencio, una atención, un minuto juntos, un abrazo, una llamada, un mensaje, un café, un momento de estar juntos, caminar unos pasos hacia el mismo lugar. La vida está llena de pequeñas grandes cosas, en el caos vital, que arreglan engranajes que se atascan en la vida y nos permiten agradecer el don maravilloso del día a día y ver el final con más confianza.
María vivió la sencillez de lo cotidiano. Descubre la presencia y la grandeza de Dios en lo pequeño. María nos descubre la maravilla de lo humilde.
Dios, Padre nuestro:
En María nos has dado un modelo
de esta sencillez callada,
de este valor de las cosas pequeñas.
En María nos has dado
la síntesis de la mujer perfecta,
de la perfecta cristiana en la lucha,
en la contemplación,
en el quehacer diario,
en el escuchar y responder,
en hablar y callar,
en el orar y en el actuar.
Ayúdanos a acercarnos
a ese modelo de vida cristiana,
para situarnos más cerca
en el camino de Jesús, tu Hijo.
Que desaparezca todo aquello
que significa ostentación, vanagloria,
y poco amor a lo sencillo.
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