DIA 5: AMABILIDAD
Ni el que más grita o discute, ni el que se refuerza en su discurso, ni el que altera el argumento, ni el que radicaliza negativamente su posición, ni el que excluye para vencer conquista el corazón, ni convence al diferente. La amabilidad es comprensiva y crea vínculos, los contrarios pueden ser unidos sin necesidad de repelerse. La amabilidad serena los ánimos y logra encuentros. La amabilidad crea espacios de escucha y empatía. En una sociedad polarizada, dividida por tanta discordia, necesitamos gestos de amabilidad. El papa Francisco nos recuerda en muchas ocasiones que no deben faltar las palabras por favor, perdón y gracias. Me decía una dependienta de un comercio como tenía que soportar los gestos despectivos de algunos clientes, ni por favor y gracias, sino exigencias y malas formas. Recuperemos gestos y palabras cercanas, sencillas actitudes de cercanía y familiaridad.
Si vas a María encontrarás la Madre que es todo dulzura, mirada limpia y corazón servicial. Ella derrota el orgullo de nuestra alma con una caricia de amable susurro de ternura que nos transforma acercándonos a la fuente del amor que es Dios.
Virgen María, Madre nuestra.
Quisiera tener una voluntad fuerte,
para dominar los impulsos
y refrenar mi lengua.
Quisiera tener palabras para mis semejantes
que conforten, animen y estimulen.
Quisiera tener una disponibilidad, como la tuya
para ser amable, suave, con todos mis hermanos.
Quisiera tener capacidad de amar
a los que viven en discordias y tensiones.
Te lo pido con humildad y con fe.
Escúchame Madre.
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