Cristo ha resucitado. Aleluya.
La amistad es uno de los valores mejores cotizados en el corazón de las personas. Su puesta en funcionamiento no requiere más que la de dejarse guiar por la intuición y descubrir la necesidad que uno tiene del encuentro. No hay un día fijo por el que se empieza a ser amigos. El encuentro, el diálogo sincero, el compartir los momentos alegres y duros de la vida, la ayuda mutua, la sonrisa y el llanto, hacen que podamos decir delante de otros, "es mi amigo". La amistad tiene hambre de sinceridad, de dedicación, de escucha, de atenciones, de preocupación, de tiempo. Y la amistad es una joya delicada que hay que mimar y atender con mucho cuidado, un pequeño despiste puede provocar daños irreparables.
Jesús, sentado a la mesa en la última cena, llama a sus discípulos amigos. Y esa amistad la eligió Jesús, es él quien ha llamado y dispuesto a este grupo de personas a estar con él. Y es que la relación ala que nos invita el Señor es a estar con él. Como con los buenos amigos. No te reúnes con ellos con una apretada agenda para ver qué tenemos que hacer hoy, o con un calendario detallado de actividades para conseguir un objetivo. No. La amistad es encuentro en que no mides lo que entregas, porque, es un desbordante lo que recibes.
Hoy es Jesús el que te dice AMIGO.
Gracias, Señor, por llamarnos a ser uno de los tuyos.
(Juan 15,9-17)
Nosa Señora da Franqueira, axúdanos a sermos bos amigos.
Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
14-05-15
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