La lectura del evangelio de hoy, martes santo, nos sitúa en la última cena de Jesús con sus apóstoles. Todos hemos visto muchas, muchas películas a través de las que podemos describir como sucedió todo. Esto también a que cada evangelista narra con todo detalle, minuto a minuto, la Pasión del Señor. Las situaciones importantes, sobre todo las dramáticas, somos capaces de contarlas con pelos y señales aunque pasaran los años. Su impacto ha quedado sellado a fuego en nuestro interior, e igual que todos los días de pasión que vivimos, sabemos darles una interpretación cuando se integra y asume la tragedia en nuestra vida.
Nuestra lectura, como la de los apóstoles, es hecha desde la resurrección, sabemos que la traición y la negación se encontrarán con el amor. La traición con una mejilla que recibe el beso de la muerte anunciada, pero que ya está en manos del Padre que lo está glorificando. La negación que en el canto del gallo anuncia el día de la muerte en abandono. La negación que en el cruce de miradas provoca el llanto arrepentido.
Podemos estar hablando casi en primera persona como si hubiésemos estado en los días de pasión del Señor, y, desgraciadamente pasamos de puntillas, con el corazón acostumbrado a las pasiones cotidianas de la muerte que asoma a la ventana de los hogares a través de la violencia, o el dolor que se ceba en los débiles e indefensos por la injusticia de los hombres. Nos da un vuelco el corazón ante la traición de un Judas ya perdido y que sale de noche del Cenáculo y justificamos a tantos Judas que han vendido a sus amigos por mayores beneficios, o los que venden a los hombres explotándolos a cambio de unos puntos en la "bolsa", curiosa coincidencia, que le llene los bolsillos enormes de la avaricia. Decimos que nosotros no seríamos como Pedro, pero, cuantas negaciones de "yo no lo conozco", cuando nos señalan con el dedo por intentar vivir nuestra fe.
Era de noche fuera del Cenáculo, dentro, se está forjando el Misterio de Amor. El pan y el vino quedan para siempre como los alimentos de la vida, de la fidelidad y la unidad. Fuera es de noche, dentro, es la vida.
Nosa Señora da Franqueira, achéganos á mesa do maxar do ceo.
Feliz Martes Santo
Javier Alonso
A Franqueira
31-03-15
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